Un año escolar se inicia y nos brinda la posibilidad de encararlo de la mejor forma posible. Las expectativas por el reencuentro con los compañeros, por conocer a los maestros y profesores para este nuevo año y por armar la mochila invaden las casas de las familias cuyos hijos se encuentran en edad escolar.
La educación es el resultado del esfuerzo conjunto de la familia, de cada alumno/a y de la escuela. Los padres y madres que participan activamente en el proceso educativo de sus hijos, tanto en la escuela como en el hogar, proporcionan el apoyo esencial, la ayuda y los valores que son cruciales para que el alumno o alumna perciba la importancia de la educación.
La participación de los padres y madres de manera activa y regular aumenta significativamente el potencial de sus hijos e hijas para obtener éxitos académicos. No alcanza sólo con "enviar" a los chicos a la escuela sino "comprometerse" en el esfuerzo conjunto para ayudarlos a acrecentar sus logros.
Las familias juegan un papel fundamental en todo el proceso educativo de sus hijos e hijas y, como parte importante de la comunidad escolar, tienen derechos que les vienen dados por las propias leyes educativas. Sin embargo, tener derechos implica asumir responsabilidades.
Están enunciados y se trabaja en pos de los derechos de los niños y niñas y de sus familias como tales y como ciudadanos, pero, en esta posibilidad de "hacernos cargo" de la educación de los hijos hay responsabilidades que las familias deberían asumir.
Debido a la realidad de nuestro país, la escuela recibe cada vez más demandas de respuestas asistencialistas frente a situaciones concretas dentro de la comunidad. Así la escuela se convierte en un espacio al cual la población accede para presentar sus demandas.
Pero, a pesar de la difícil situación económica que muchos hogares afrontan, los alumnos y alumnas necesitan el apoyo por parte de sus familias para desarrollar mejor sus actividades escolares y en su crecimiento personal.

A continuación se desarrollan algunas propuestas para tener en cuenta para encarar en familia para iniciar el año escolar
• Satisfacer las necesidades básicas de cuidado, aseo, descanso, nutrición afecto, ayuda y educación emocional. No siempre está ligado a las condiciones económicas familiares. Muchas veces encontramos padres y madres de altos ingresos que no pueden comprometerse con la satisfacción de todas estas necesidades.
• Desarrollar en los hijos e hijas conductas de autonomía y responsabilidad. Entendamos por ello que podemos encontrar padres y madres que trabajen muchas horas, ya sea en horarios diurnos o nocturnos. Por ello, es importante que sean los chicos los que comiencen a reconocer el valor del esfuerzo y el beneficio de la educación escolar que reciben. Ayudarlos a encontrar un sentido para su tarea. Propiciar la autonomía para que sean capaces de tener iniciativa para estudiar, hacer sus tareas, utilizar la biblioteca, consultar a familiares o vecinos.
• Entender la importancia de que los chicos asistan regularmente a la escuela y cumplan con los horarios de entrada y salida de los establecimientos. Un alumno que ingresa a clase cuarenta o cincuenta minutos más tarde del horario establecido, pierde partes de clases y necesita otro tiempo de concentración para integrarse a la tarea. A la vez, no es grato para los alumnos, especialmente en edad de educación primaria o inicial, el hecho de no ser retirados de la escuela en el horario puntual de salida.
• Estimularlos para que lleven a cabo las actividades de estudio que se les encomienden y ayudarlos en la búsqueda y análisis de la información.
• Participar de manera activa en las actividades que la escuela propone, como reuniones de padres, clases abiertas, actos escolares. Para los alumnos es muy importante ver a sus padres en la escuela regularmente.
• Fomentar el respeto por todos los componentes de la comunidad educativa, tanto pares como docentes, personal auxiliar, etc.
• Respetar y hacer respetar las normas establecidas por la escuela convoca a una organización social positiva para el mejor desarrollo de las actividades.
Los niños, para desarrollarse como personas, necesitan experimentar la seguridad de una familia que les dé afecto, apoyo y demuestre interés por todo lo que les ocurre. Es fundamental que se sientan queridos por sus padres.

Pos eso, es bueno conversar con los hijos sobre su vida escolar, no sólo sobre las notas y tareas. Felicitarlo si sus notas son buenas, apoyarlo si son regulares o malas, para que las mejore. Preguntarle qué ayuda necesita, darle confianza para que mejore su rendimiento. Apoyarlos para que se organicen durante el curso escolar. Esto significa tener un horario para dormir, para comer, para el estudio, para las actividades extraescolares y para el juego.
Comprometerse con la educación de los hijos implica un esfuerzo sostenido durante todo el año, y no sólo a la hora de estrenar cuadernos y mochilas. Este acompañamiento sin duda incrementará el rendimiento escolar y el desarrollo personal de los chicos.