Visitas:
INSTITUCIONES
Parroquía La Consolata, en el corazón de la gente
Copyright © 2013 nuestrobarrioweb.com.ar - Medio Digital Comuna 11 y 15 – Todos los Derechos Reservados

Corría 1914. En la esquina de San Blas y Donato Álvarez se encontraba la llamada quinta de Anselmo, siendo el propietario del terreno Don Francisco Arreche, quién antes de su muerte dona el mismo para la construcción de una Iglesia y una casa o comunidad religiosa. Con el correr del tiempo y bajo la guía de la Divina Providencia, llega una comunidad religiosa, los Padres Misioneros del Inmaculado Corazón de María. El 5 de octubre de 1925, se hace cargo del terreno el sacerdote Juan Bautista Padros, los primeros en aprovechar el mismo son los niños del barrio que se reúnen para jugar a la pelota.

El primer proyecto fue rechazado porque era excesivamente grande y costoso. Reducido el proyecto a una iglesia de una sola nave con crucero, hubo alternativas sobre si habría de construirse cripta bajo el mismo; resolviéndose afirmativamente.

El 23 de noviembre comienzan las obras, y el 13 de mayo de 1926 Monseñor Fortunato Devoto bendice la Capillita; siendo Monseñor Fasolino quien predica y pone al barrio de La Paternal, bajo la protección de Nuestra. Señora del Consuelo de los Afligidos. Muy pronto los Padres Misioneros se dan cuenta que en el barrio predomina la Colonia Italiana de Turín, quienes con amor y nostalgia, invocan a María, Consuelo de los Afligidos, con el querido nombre de la Consolata.

Dos años más tarde, Monseñor José María Botaro, confirma a la nueva Parroquia con el nombre de Nuestra Señora de la Consolata.

El 4 de diciembre de 1927 se bendice la primera piedra del futuro Templo, y con ella un gran pergamino firmado por quienes se sienten llamados con entusiasmo y  esperanza a terminar la obra. El 18 de marzo de 1928, el padre Larriu, preside la reunión y fundación de la primera asociación parroquial, el “Apostolado de la Oración”, siendo su presidenta la señora Rosa Vila de Esau.

El 1° de enero de 1929 fue el primer día parroquial, y el 2 de febrero del mismo año, se da inicio a las obras de la Cripta. A cinco meses de establecida la parroquia, el padre Juan Bautista Padros, reúne a un grupo de feligreses quienes van a dar comienzo a la Hermandad de la Consolata, el 11 de agosto de 1929, siendo su presidenta la señora Melitona de Sanchez.

Durante 32 años la comunidad recibe los sacramentos en la tan querida Cripta de la Consolata. Recordamos de a quienes fueran párrocos durante estos años, los padres: Anselmo Santesteban, Manuel Martín, Marcos De Asolo, y Marcelino Carrero.

En 1940, se comienza la construcción del nuevo Templo, con esfuerzo y entusiasmo, bajo la dirección del arquitecto Aldo Flándoli. A su muerte continúa la obra Luis Arrighi, quien finaliza la misma. El 20 de octubre de 1962, se inaugura el actual Templo, con  su estilo romántico de los siglos XI y XII, precursor del gótico. Solo se han simplificado los elementos ornamentales y los métodos de construcción en conformidad con los gustos y técnica modernos. Varios son los detalles dignos de mención; la nobleza de los materiales empleados, la selección de mármoles y granitos, principalmente en el zócalo general de la iglesia de lunel andino y el riquísimo piso del presbiterio de granito Sierra Chica de Tandil; la disposición y colorido del mosaico granítico del piso general de la iglesia; la finura y curiosidad de los capiteles historiados de las naves laterales en su planta baja; el sistema moderno de iluminación eléctrica indirecta, etc.

En la distribución de los diversos ambientes del templo se ha buscado la practicidad y funcionalismo de los mismos.

Desde entonces los padres claretianos siguieron su misión evangelizadora, pasando por esta casa sacerdotes, hermanos, y laicos que fueron dejando sus huellas en el corazón de la gente. Durante este período los padres: Víctor Miguel y Gómez, Plácido Vicente, Enrique Servi, Alfonso Milagro, Félix Cruz Ugalde y Andrés Álvarez, Juan Carlos Alonso. En el año 1987, llega el padre Jacobo Dusso, luego el  padre Segundo Vega (el último párroco claretiano). En el 2001, el cuidado pastoral de la parroquia se transfiere a los Padres Misioneros de la Consolata, llegando como párroco el padre Aldo Zanni, acompañado de Alejandro, Bernardo, Sisto y Silvio. Posteriormente el padre Aldo, el párroco Hermenegildo Crespi y el padre Guillermo. En el 2003 llega el padre Jose Luis Pereyra, Juan Bautista y Emmanuel.

Muchos son los nombres que habría que agregar y han ido aportando su granito de arena para que hoy la parroquia tenga el privilegio de estar celebrando más de 75 años de vida.