Un artículo para recordar y no olvidar uno de los hechos más graves que se vivió en la historia de la ciudad de Buenos Aires.
El miércoles 22 de febrero a las 8:33 a.m., el tren Nº 3772, identificado con la chapa 16, que se encontraba llegando a la plataforma número dos de la Estación Once, no logró detener su marcha y colisionó con los sistemas de paragolpes de contención de la estación. La formación, transportaba en plena hora pico a más de 1.200 pasajeros. Fallecieron 51 personas y más de 703 resultaron heridas. La totalidad de las víctimas fatales se encontraban en el primer y segundo vagón. El conductor del tren, con el esfuerzo de muchas personas, fue rescatado vivo y trasladado en ambulancia, con heridas en las piernas. Por lo pesquisado, la formación salió de la localidad de Moreno e ingresó a la estación desacelerando; pero 40 metros antes de llegar, a una velocidad de 20 km/h, los frenos dejaron de funcionar y chocó con los sistemas de paragolpes de contención del andén 2. Aún no se tiene la certeza de si fallaron los frenos o si fue un error de maniobra del conductor. Durante el accidente los primeros tres vagones de ocho, se aplastaron, ocasionando los heridos más graves. Muchos pasajeros informaron haber oído el aplastamiento a modo de una gran explosión que ocasionó la rotura de todos los vidrios del tren. Pero a pesar de esto, existen dos principales hipótesis de por qué no frenó a tiempo: la primera, por una falla en el sistema neumático de frenos; y la otra, debido a un error humano. Sectores políticos y gremiales acusaron a la Secretaría de Transporte de la Nación y a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte por la falta de control y el mal estado de los trenes a cargo de TBA. A un año de la tragedia, familiares de las víctimas convocaron a una marcha sin banderas para el viernes 22 de febrero de 2013. Y en conferencia de prensa denunciaron la falta de acciones del gobierno. Paolo Menghini, padre de Lucas, el joven que fue encontrado sin vida dos días después del accidente en el tren, reprochó que “nunca, en ningún anuncio, el gobierno hizo referencia a la tragedia, la presidenta que salió a hablar de la tragedia cinco días después del hecho, nunca más en un acto público volvió a hablar del tema”. María Luján Rey, madre de Lucas, agregó que no ofrece ningún tipo de plan de asistencia a las víctimas y remarcó que “los heridos siguen afrontando solos la dura tarea de no saber cómo seguir con sus vidas”.
El caso de Lucas Menghini
Lucas Menghini Rey, de veinte años, fue una de las víctimas fatales del accidente ferroviario, pero su historia se destacó por sobre todas las demás, pues su cuerpo no apareció hasta pasadas las 48 hs. del suceso. A pesar de los rastreos y revisaciones en los vagones, el cuerpo de Lucas no había sido encontrado por personal policial. Lucas yacía sin vida aplastado entre el tercer y el cuarto vagón de la formación. Papá de una niña de cinco años, músico y laburante, la historia de este joven se perpetuó como el antecedente del mal proceder de la policía y la desidia del Estado.
Así están las cosas…
A un año de la tragedia, el Juez Bonadío dio por concluida la investigación y elevó la causa que estará a cargo del Tribunal Oral Federal Uno, donde analizará la responsabilidad de los imputados, entre los que figuran empresarios de TBA, Sergio y Roque Cirigliano, los ex secretarios de Transportes de la Nación, Juan Pablo Schiavi, Ricardo Jaime, y el maquinista Marcos Antonio Córdoba. También están procesados Antonio Sícaro, Antonio Luna, Pedro Ochoa Romero, Marcelo Calderón, Carlo Michele Ferrari, Jorge Alvarez, Carlos Lluch, Sergio Tempone, Guillermo D’Abenigno, Jorge De los Reyes, Alejandro Rubén Lopardo, Carlos Pont Vergés, Daniel Rubio, Víctor Astrella, Oscar Gariboglio, Francisco Pafumi, Pedro Ranieri, José Doce Portas, Laura Ballestero, Antonio Marcelo Suárez, Miguel Werba, Daniel Lodola y Luis Ninona. En cuanto al maquinista, si bien se determinó que Córdoba no padecía epilepsia ni poseía alcohol en la sangre al momento del hecho, luego de haber sido sobreseído fue enviado a juicio como presunto autor de “estrago culposo” por descarrilamiento.