Muchas de las consecuencias de la lluvia del 2 de abril, que anegó calles, produjo numerosos cortes de luz, inundó muchas casas y tuvo un saldo de por lo menos ocho muertos; aún siguen presentes en la vida de los vecinos más afectados. Como suele suceder en eventos de esta naturaleza, quedaron expuestas la poca infraestructura, peor planificación y una pésima y tardía reacción de parte de las autoridades.
Según informó el Observatorio Central de Buenos Aires cayeron 155 milímetros promedio en esa noche, y ni las obras del arroyo Maldonado lograron que se deje de inundar la zona. Si bien la avenida Juan B. Justo mejoró (en lagunas zonas) con respecto a lo que fue en ocasiones anteriores (en otros barrios empeoró), muchos conductos subterráneos se llenaron de agua y se produjeron cortes de luz que llegaron a durar 5, 6 ó hasta 10 días seguidos, algunos por cortocircuitos y otros causados intencionalmente por precaución para que no ocurriera ningún desastre.
Varios grupos de vecinos no soportaron esta situación y realizaron cortes en distintos puntos de Agronomía, Villa Gral. Mitre y La Paternal, para quejarse no sólo porque les faltaba luz, sino que no tenían respuesta cuando iban a consultar a organismos como Edesur o Edenor.
Una vecina del barrio “La Isla” de La Paternal, que estaba enfurecida porque ya hacía 5 días que no tenía electricidad en su casa y ya no sabía cómo conservar los alimentos que tenía en la heladera, se sumó al corte en la barrera de Trelles y Warnes para reclamarle a los políticos que la ayudaran, que le prestaran atención. Hasta barajó la idea de cortar las vías del tren, porque estaba convencida que era “la única manera de que nos escuchen”, aunque se desestimó rápidamente porque los demás vecinos no querían perjudicar a los viajantes del tren.
Al mismo tiempo se llevaban a cabo cortes en Avenida San Martín y Punta Arenas, y en las inmediaciones del Club Comunicaciones; pero fueron protestas que no solucionaron nada, porque las zonas, alternadamente, siguieron sin luz.
Por otro lado, la ayuda de los vecinos y la solidaridad de las organizaciones que funcionan dentro de las Comunas 11 y 15 no tardaron en aparecer, y lograron juntar donaciones en distintos puntos: para la Fundación Cáritas, en todas las iglesias y parroquias de la zona; La Scalabrini; Proyecto Comunidad; Nuevo Encuentro; Fundación Sí; Club Chacarita; Club Atlanta; La Cámpora (Villa Crespo), y La Cámpora (La Paternal); Frente Progresista y Popular; Vatayón Militante; Club Villa Modelo; Sede de la Comuna 15; Sede de la Comuna 11 y en el Hospital Tornú. Señal de que los partidos políticos, además de pelearse mediáticamente, cuando ocurre una situación de emergencia, se ponen a disposición de la gente, como siempre debería ocurrir.
Donaciones que fueron entregadas por particulares, pero que no solucionan el grueso de las pérdidas de los afectados. Para eso, el Gobierno de la Ciudad, puso a disposición subsidios o una posibilidad de exención para dejar de pagar el impuesto ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza), que cuesta creer sea una posibilidad y no algo asegurado, cuando se pasaron tantos días sin luz, ni barrido, ni limpieza.