El Instituto Lagleyze, que funciona desde el año 1942, es uno de los hospitales de oftalmología más importantes de la República Argentina y de Latinoamérica. Su atención a la comunidad es gratuita y se brinda durante las 24 horas del día los 365 días del año. En la actualidad el hospital atiende a través de todos sus departamentos y del servicio de urgencias a más de 1.000 pacientes por día, a lo que hay que sumar las cirugías que se realizan.
La piedra fundamental fue colocada en el lugar el 15 de mayo de 1940, durante La presidencia del Dr. Roberto Ortiz. El ministro de justicia era Jorge E. Coll. Este emprendimiento se hizo efectivo gracias a una donación concreta del Sr. Roccatagliatta Costa (500.000 pesos de la época) y del trabajo y el esfuerzo de la Sra. Maria A. Ayarragaray de Pereda, presidente del Patronato Nacional de Ciegos. Esto a grandes rasgos propició la concreción del sueño de varios que se cristalizó en la inauguración del hoy Hospital Lagleyze.
La Revista “Comentarios Oftalmológicos Mundiales” publicaba allá por 1980 la siguiente reseña del hospital: El Patronato Nacional de Ciegos cumplió durante los ocho años de existencia una amplia labor, no solo de apoyo y guía al ciego sino también en el orden asistencial al poner en funcionamiento diversos Dispensarios en distintos barrios de Buenos Aires y provincias; así tenemos: el Dispensario Nº 1 en Flores, el Dispensario Nº 2 en Belgrano, el N°3 en la Provincia de Santa Fe, el Nº 4 en La Provincia de Tucumán y el Nº 5 en la Provincia de Santiago del Estero. Todos estos dispensarios eran atendidos por la mañana por distinguidos oftalmólogos y la habilitación de los centros asistenciales en las provincias del norte, fue debido al grave problema de tracoma que azotaba en esa época.
Paralelamente a estos centros asistenciales se crearon el Hogar Santa Cecilia para niñas ciegas, el Hogar Central Belgrano para niños ciegos, La Escuela Taller para ciegos adultos, entre otros centro similares, sin contar además las campanas de divulgación ya sea en revistas y audiciones radiales.
En 1946 pasa a depender de la entonces secretaría de Trabajo y Previsión. Esto fue el comienzo, faltaba la gran institución que aglutinara todos esos esfuerzos; de manera fortuita se encuentra en ese momento con un legado semi olvidado que había hecho en vida el Sr. Luis Roccatagliata Costa de $ 500.000 para la creación de un establecimiento que se ocupara de las enfermedades oculares. Nuevamente la Sra. de Pereda (Directora del Patronato Nacional de Ciegos) con tenacidad y entusiasmo trabaja incansablemente en este proyecto que deja de serlo para transformarse en realidad el 30 de septiembre de 1942, con el nombre de Instituto Oftalmológico “Pedro Lagleyze”, Pabellón Roccatagliata Costa.
Fue su primer director el Dr. Baudilio Courtis, como Jefe de Clínica el Dr. Federico K. Cramer. Toda esta fecunda y grande labor pudo verse coronada por la acción de los Directores que se sucedieron a través del tiempo.
El Instituto Oftalmológico Pedro Lagleyze, ubicado en la Av. Juan B. Justo 4151, afrontó a lo largo de su historia una difícil situación económica, inundaciones y reclamos que se ve reflejada en la falta de insumos y equipos.
¿Quién era Pedro Lagleyze?
Nace Pedro Lagleyze en Buenos Aires, en 1855; cursa sus estudios preuniversitarios en el Colegio San José, regenteado en esa época por los padres bayoneses, a quienes si bien les dió trabajo por su espíritu inquieto y travieso, cimentó con ellos una amistad y relación que perduró por toda la vida. No se sabe cual fue la causa que lo indujo a ingresar a la Facultad de Medicina, si se sabe que en sus primeros años de estudiante concurría a servicios de cirugía general la cual era una cirugía mutiladora que luchaba obstinadamente contra el dolor y la infección. La Cátedra de Oftalmología había sido creada en 1875, gracias a la genial iniciativa de un ilustre medico salteño, el Dr. Cleto Aguirre, adelantándose en años, a los centros evolucionados europeos. La sagacidad intuitiva de Cleto Aguirre no sólo lo hizo destacar en medicina y política, sino también en elegir su discípulo y continuador, cosa que se patentiza al nombrar a Lagleyze Jefe de Clínica siendo aún éste estudiante de medicina, “qué anomalía administrativa” cometió, pero gracias por fortuna para la ciencia argentina no se equivoco en su elección. No tranquilo con ello, Cleto Aguirre ya herido de muerte hace prometer a sus amigos influyentes, que tratarían que Lagleyze fuera su sucesor en la Cátedra. Así se hizo y sus póstumos deseos fueron cumplidos. En 1888, a Los 33 años fue profesor titular de Oftalmología. Lagleyze fue el prototipo del hombre tenaz, laborioso, perseverante, emprendedor, seguro de si mismo, inclinado a las artes, sobre todo al dibujo y la pintura, tal vez hayan sido estas últimas cualidades lo que hicieron volcar a Cleto Aguirre su estima paternal hacia Lagleyze, tal es así que no había enfermedad de fondo de ojo que su joven discípulo no le hiciera un dibujo de la afección, que como suponemos, era la única manera de transmitir didácticamente a los alumnos las características de las enfermedades oculares. Su tesis doctoral sobre “Cromatoscopia” es una puesta al día de esa anomalía congénita, llamada daltonismo; alerta sobre la necesidad de su diagnóstico: por los peligros e inconvenientes que esta curiosa afección acarrea. Fue el primero en describir una de las facomatosis oculares: la degeneración aneurismática de los vasos de la retina en 1888, conocida tres lustros después como enfermedad de Von Hippel. Probamos su paternidad con la publicación de su trabajo en el N°1 de La Revista de Oftalmología Práctica de Buenos Aires, de manera que la enfermedad debía llamarse enfermedad de Lagleyze-Von Hippel. Falleció en 1916.