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HISTORIA
Apuntes sobre el barrio de La Paternal
Escribe: Arnaldo Cunietti-Ferrando
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La Sociedad La Paternal  

El nombre de este barrio esta ligado al de una sociedad cooperativa fundada en 1898. En su edición del 21 de octubre de ese año el diario “El Tiempo” nos informa: “La Paternal. Desde hoy ha iniciado sus operaciones esta caja de pensiones cooperativa, que aprobó el Gobierno por decreto de 29 de septiembre próximo pasado. “La Paternal” se propone fomentar el ahorro y la previsión, por medio de la agrupación de las pequeñas cuotas. Ha establecido sus oficinas en la calle Reconquista 36”.

¿Cuál era la actividad de esta compañía que terminó legando su nombre al barrio? Veamos. En sus estatutos se establecía que: “La Paternal es una Caja de Pensiones Cooperativa y por esto es una institución eminentemente humanitaria, cuyo objeto es el de proporcionar a sus socios una pensión vitalicia después de los veinte años de pertenecer a la Sociedad”. Se fundó con un capital de 100.000 pesos moneda nacional, con 4 series de mil acciones de 25 pesos cada una y una duración de 90 años.

Cualquier persona podía ingresar a ella, sin discriminación de edad, sexo, condición o residencia y pagando una cuota mensual de 2 pesos, se le proveía de una libreta personal e intransferible que constituía su “Título de Crédito”. También podía suscribir más de una libreta y después de cinco años tenía derecho a percibir las ganancias de la sociedad, discriminadas así: 50% para los accionistas; 20 % para el Directorio; 20 % para los socios y 10 % de reserva. Aportando durante 20 años, el socio tenía derecho, además de las utilidades recibidas, a “una pensión anual de 500 pesos de curso legal hasta el día de su fallecimiento”.

Una vez al año se realizaba una Asamblea; se presentaba el balance y los dividendos a cobrar y se elegían las autoridades. El Directorio, que duraba 3 años, estaba formado por 5 miembros titulares y 2 suplentes elegidos por los socios, pero para integrarlo se necesitaba poseer un mínimo de 50 libretas. La Paternal se constituyó así como una AFJP de la época.

La sociedad invierte en tierras

¿Qué garantías ofrecía a los suscriptores de libretas la nueva Compañía? Estaba autorizada a realizar todo tipo de inversiones rentables con el capital aportado por los socios y las cuotas que abonaran los suscritores de títulos, ya que el dinero por ese entonces rendía; había cierta estabilidad y no se conocía la inflación. Era la época de la gran inmigración y Buenos Aires se expandía del centro a los barrios y por supuesto, la mejor inversión la constituían los bienes inmuebles, especialmente la compra de grandes extensiones de tierras, destinadas a su loteo previa apertura de calles. Y en este caso, la garantía la constituía en primer lugar, un directorio integrado por personas de reconocido prestigio en la sociedad, la economía y las finanzas. Pero ello no hubiera bastado para que la gente suscribiera títulos de crédito.

Los Estatutos de La Paternal, en su artículo 71 en cambio, les daban una cierta tranquilidad cuando establecían: “Todas las compras que se efectúen son a objeto de garantir las pensiones, y por lo tanto queda prohibido a la Comisión Directiva vender ninguna propiedad hasta después de los 20 años de ser aprobados los Estatutos”.

O sea que La Paternal, no podía vender los inmuebles comprados hasta 1918; aunque para ese año ya habían sucedido numerosos acontecimientos, entre ellos la Primera Guerra Mundial, que alteraron el equilibrio financiero de muchos países y que afectó también a la República Argentina y llevó unos años después a la Sociedad La Paternal, a su liquidación definitiva. Pero esto no se preveía en 1898 y este artículo garantizaba que no se dilapidaran o malvendieran los bienes que constituían su capital y con ello se esfumaran las pensiones a los socios.

La Paternal, en cambio, podía disponer de sus inversiones cuando ellas estuvieran destinadas a incrementar notoriamente sus fondos con negocios rentables como los loteos, realizados previa autorización de una Asamblea especial del Directorio. Se calculaba que si vendían una manzana entera duplicaban la ganancia, pero vendiendo la misma manzana en lotes, la renta se quintuplicaba.

Nace el barrio de “La Paternal”

Cuando se abrió en 1887 la nueva línea del Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico, hoy Ferrocarril General San Martín, no se erigió ninguna estación entre Chacarita y Villa del Parque, siendo las tierras intermedias entre ambas, chacras poco pobladas de verduras, tambos o simples hornos de ladrillos.

Pero a principios del siglo XX, la gran inversión de la Sociedad Cooperativa de Pensiones La Paternal había sido la compra de algunas extensiones de terrenos vecinos al nuevo Cementerio de la Chacarita, que realizaron a precios muy accesibles, atento a que la zona estaba casi despoblada y con el fin de proceder a su urbanización futura. 

Para el año 1904, ya se estaban abriendo calles y vendiendo lotes en esta zona y las primeras construcciones auguraban la erección a corto plazo de un nuevo pueblo para el cual una nueva estación del ferrocarril era vital. Fue entonces cuando la Compañía La Paternal tomó la iniciativa de proponer su apertura, con lo cual preveían una mayor valorización de sus terrenos.

El pedido ante las autoridades del ferrocarril fue favorable y se decidió su instalación en Bella Vista (hoy Donato Álvarez) y Warnes. Debiéndole asignar una denominación, las autoridades del ferrocarril, se hicieron eco de la solicitud de La Paternal para bautizarla con este nombre. Por supuesto que tuvo influencia en esta decisión, la calidad de los personajes que integraban el Directorio de la institución, que en su mayoría pertenecían a familias tradicionales con vínculos económicos y familiares con los altos funcionarios del ferrocarril. Tal fue en 1904, el origen del nombre del barrio.

Límites y panorama del barrio

La Paternal ocupa una pequeña, muy pequeña fracción, de lo que otrora fuera la chacra de los jesuitas, conocida como Chacarita de la Compañía de Jesús o Chacarita del Colegio, que abarcaban una franja de tierras mucho más extensa, desde el Río de la Plata hasta Ramos Mejía. En el centro de esta inmensa propiedad se encontraba el casco, con su capilla; tierras que debido a la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, pasaron a ser administradas por una denominada Junta de Temporalidades, que las arrendó en fracciones a diversos agricultores. Hacia 1836, en plena dictadura rosista, las tierras, convertidas en innumerables chacras y quintas, fueron donadas o vendidas por el gobernador Rosas a sus ocupantes, previa información de su filiación federal.

Los terrenos que actualmente ocupa el cementerio fueron donados a don Anselmo Farías, uno de los más entusiastas defensores de la Federación. Con la caída de Rosas, las tierras entraron en un largo conflicto y terminaron finalmente confiscadas, lo que permitió durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871, dedicarlas a cementerio público.

El actual Cementerio de la Chacarita, del otro lado de la estación La Paternal, bordea los límites del barrio y le impide alcanzar mayor expansión. No obstante ser un barrio amplio por su superficie, está poco poblado, rodeando en una época las construcciones, numerosas industrias, entre las que sobresalían las vitivinícolas, con grandes depósitos de las famosas bodegas Escorihuela, Crespi, Arizu y hace años, antes de su quiebra, por La Superiora. Estas y otras industrias le dieron en una época, una fisonomía de barrio obrero con casas bajas, típicas construcciones llamadas “de chorizo”, construidas en lotes de 8,66 metros con su jardín al frente, que hoy han ido poco a poco desapareciendo.

Los antiguos depósitos del ferrocarril se fueron convertiendo en una vasta villa de emergencia que continúa bordeando las vías hasta debajo del puente de la Avenida San Martín. Hasta hace poco, se destacaba entre ellos un edificio de tres pisos intrusado, denominado “La Lechería” que albergaba numerosas familias, en su mayoría de origen paraguayo y peruano que fueron finalmente reubicadas y demolidas las construcciones.

La parte más comercial se encuentra sobre la Avenida San Martín, con bancos, mercados, concesionarias automovilísticas y negocios varios. Junto con Villa Crespo, La Paternal cuenta con una gran cantidad de habitantes de credo israelita que se nuclean en el Club Scholem Aleijem, situado en Maturín entre Nicasio Oroño y Seguí. Esta institución se fundó originariamente en 1923 con el nombre de Biblioteca Popular Israelita. 

Los dasarmaderos de autos

Famosos fueron en una época los desarmaderos de autos sobre la avenida Warnes, sustituidos hoy por un abigarrado conjunto de negocios relacionados con la venta de repuestos de automóviles. Esta primitiva actividad tiene curiosos antecedentes. En la década de 1920, la gran cantidad de terrenos descampados sobre Warnes, hizo que muchos de ellos se convirtieran en cementerios de autos y chatitas viejas, chocadas o destruidas.

Ello motivó el paulatino nacimiento de numerosos desarmaderos, donde se podían conseguir a buen precio todo tipo de repuestos usados de las marcas y épocas más insólitas. También, inevitablemente, se convirtió en el destino de numerosos autos negociados al margen de la ley y era normal que frente a la desaparición de un automóvil, la gente recurriera inmediatamente a Warnes para tratar de ubicarlo antes de su rápida conversión en repuestos.

Poco a poco esa industria, que movía grandes capitales y que tuvo su momento de apogeo con la carestía de repuestos producidos por la Segunda Guerra Mundial, dio durante mucho tiempo una fisonomía característica al barrio. En los últimos cuarenta años, los desarmaderos fueron desapareciendo transformados poco a poco en progresistas negocios de auto partes y servicios, que atraen hoy a un numeroso grupo de mecánicos, revendedores y automovilistas. Allí se pueden obtener repuestos raros o agotados a los mejores precios de plaza.

El albergue Warnes

Cruzando las vías del Ferrocarril San Martín, continúa Warnes, culminando en los terrenos limitados por esa calle, la Avenida de los Constituyentes, Chorroarín y las vías del Ferrocarril Urquiza. Allí tuvo su nacimiento el célebre “Albergue Warnes” rodeado de extensos terrrenos baldíos. No obstante, poco antes de 1900, se había comenzado a erigir en las inmediaciones el Hospital Torcuato de Alvear, que se habilitó parcialmente en 1909.

La zona estaba poco poblada y en 1950, la Fundación Eva Perón inició la construcción en el extenso predio lindero de 19 hectáreas, calle Chorroarín por medio, de un moderno Hospital de Niños y de Epidemiología Infantil. Con la revolución de 1955, se paralizaron las obras que habían quedado a medio terminar. Al ser abandonada la construcción, sus varios pisos fueron ocupados por intrusos y convertidos en vivienda precaria de los habitantes de una villa de emergencia incendiada en el barrio de Saavedra, convirtiéndose sus sótanos en un gigantesco vaciadero de basura.

Aunque vivían allí en forma precaria más de tres mil personas, en su mayoría familias de trabajadores, el lugar adquirió mala fama por los malvivientes que lo ocupaban y que motivaban periódicamente operativos policiales. Reinaba en el Albergue la mayor promiscuidad, por lo que finalmente se decidió censar a sus habitantes y colocar un puesto policial de control a su entrada sobre Warnes. Pasaron los años y considerando imposible recuperar el edificio, el gobierno tomó la decisión de demolerlo, previo traslado de sus habitantes a otras zonas. Se organizó así un operativo de dinamitado que fue presenciado por cientos de curiosos, el 21 de julio de 1991.

Las tierras del denominado Albergue Warnes, que dependían del Instituto Nacional de Acción Social, entraron luego en litigio con los supuestos antiguos propietarios y finalmente, después de un fallo a favor, parte de los terrenos fueron vendidos a la firma Carrefour que instaló allí un moderno supermercado, una plaza y una sucursal de Easy.  

Las calles del barrio

Warnes es una de las avenidas más antiguas, denominada en una época Camino de Moreno. Cruzando el arroyo Maldonado, hoy Av. Juan B. Justo, se llegaba por ella al casco de la Chacarita de los Colegiales. La otra avenida importante del barrio por su movimiento comercial es la Avenida San Martín, conocida antiguamente como Camino a San Martín, que naciendo en Gaona al 1100 se continúa después de la Av. General Paz con la ruta nacional N° 8. El nombre fue oficializado por la Municipalidad en una Ordenanza de 1895 que fue en su momento muy criticada, pues como decía Bucich Escobar “no añade nada a la gloria del Gran Capitán y sólo sirve para crear confusiones entre los vecindarios.

En su intersección con las vías del antiguo Ferrocarril Norte, hoy Ferrocarril Gral. San Martín, esta avenida tuvo durante muchos años una molesta barrera, la que fue sustituida por un puente de hierro que, programado en 1906, comenzó a construirse recién en 1923 y fue remodelado totalmente en estos últimos años para darle mayor fluidez al tránsito. Ubicado entre Chorroarín y Punta Arenas, con sus seis carriles de tránsito, fue bautizado en 1994 con el nombre de “Cortázar”. Debajo del puente se encuentran algunos albergues transitorios famosos, destacándose entre ellos “Los Lirios”, uno de los más antiguos de la zona.

La Avenida San Martín, hoy de fluido tránsito, tuvo un cantero central de ocho metros de diámetro por donde circulaban en una época los tranvías que llevaban hasta la estación Devoto. La pavimentación de todas las calles del barrio comenzó hacia 1912 con adoquines de granito provenientes de Martín García.  

La Avenida Álvarez Jonte, deslinde de las chacras de los barrios de Caballito y Flores, fue denominada durante muchos años Camino a la Chacarita de los Colegiales. Entre Gavilán y Boyacá dos cuadras al sur de Jonte se encuentra la cancha del Club Argentinos Juniors, denominado erróneamente como el “Club de La Paternal” porque en sus orígenes funcionó en la Avenida San Martín 2115, esquina Punta Arenas. En realidad hoy, sus instalaciones se encuentran en el barrio lindero de Villa Mitre. Los límites del barrio de La Paternal fueron fijados por la Ordenanza Municipal 26.607 de la siguiente forma: Av. San Martín, Av. Alvarez Jonte, Gavilán, Arregui, Chorroarin, Av. del Campo, Garmendia, Av. Warnes y Paysandú. Linda así, con los barrios de Villa Ortúzar, Villa Crespo, Agronomía, Chacarita, Villa del Parque y Villa General Mitre.