Desde las 9:30 hasta las 13 horas, más de 30 niñas, niños y adolescentes de 5 a 16 años con distintos tipos de desafíos motrices pudieron vivir una experiencia que para muchos era inédita: jugar al fútbol, patear una pelota, sentir la camiseta y compartir la alegría del deporte en un espacio adaptado y seguro.
Darío Vaccarini, presidente de la Fundación Argentinos Juniors y alma máter del evento, recordó el origen de esta propuesta: “La Fundación Argentina de Inclusión y Deporte nos trajo la idea el año pasado, para ponerle nombre a una disciplina que no existía formalmente en el país. Vimos que había un montón de chicos amantes del fútbol que, por usar sillas de ruedas, andadores o bastones, no tenían dónde practicarlo”.
La primera edición, en 2024, fue reveladora: “Esos chicos veían a sus hermanos, primos o amigos jugar en el club, pero ellos no podían. Aquí encontraron su lugar, y la demanda creció de inmediato”, contó Vaccarini con visible emoción.
Esta variante adaptada del fútbol permite que niños, niñas y jóvenes con movilidad reducida participen utilizando andadores, que les otorgan estabilidad y seguridad. La dinámica promueve no solo la actividad física y la diversión, sino también valores como el trabajo en equipo, el respeto y la superación personal.
“No se trata solo de que puedan caminar —explicó Vaccarini—. En el primer festival tuvimos casos de chicos cuadripléjicos que eran guiados por sus padres en el andador. Fue emocionante por donde se lo mire: para muchos era la primera vez que podían ‘jugar’ un partido, patear una pelota”.
La organización puso a disposición andadores para quienes no contaban con uno, asegurando que la falta de recursos no fuera un impedimento. La jornada incluyó partidos adaptados, juegos recreativos y actividades diseñadas para fomentar la participación activa y la integración de todos los asistentes.
“El objetivo —destacó Vaccarini— es que esto sea una vidriera. Queremos que otros clubes vengan, vean la disciplina y se animen a replicarla. El fútbol es una pasión nacional, y tiene que ser accesible para todos”.
El “Polo” Quintero participó de la actividad y destacó la importancia que el club se involucre en este tipo de eventos y comentó muy emocionado que charlando con un padre le expresó que no podía creer que esté jugando al fútbol con su hijo. También destacó lo importante que sería que este tipo de actividades se puedan realizar una vez por mes.
Más allá de los goles y las sonrisas, el festival dejó en claro cuál es la función social que un club como Argentinos Juniors puede y debe cumplir. “Para nosotros es un orgullo poder abrir estas puertas —concluyó Vaccarini—. Esto es el verdadero rol de la Fundación, y del club: ser un espacio de familia y comunidad, donde nadie quede afuera. Donde cada paso, con ayuda o con esfuerzo propio, sea valorado y celebrado”.
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@FundacionAAAJ
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