Cuando te observo, desafío al tiempo, ¡Si hace poco te lleve al jardín por primera vez de la mano con tu mochilita de abeja y tu enorme sonrisa para empezar un nueva etapa de tu vida, de nuestra vida! Tu cuerpito vibraba de emoción, querías conocer a tus nuevos amigos y te lanzaste al futuro, a la hermosa etapa de la escolaridad.
Pasaron 10 años y ya no sos esa chiquita que la llevaba upa, sos una adolescente llena de energía y que mantiene esa mirada tierna y esa alegría intacta que te hace única.
Hoy terminaste esa etapa tan linda que es la primaria y la transitaste con mucha responsabilidad, respeto hacia tus compañeros y seños, exigencia y sensibilidad.
Gracias por dejarme estar a tu lado, compartir tus actos, las reuniones, verte salir del cole y me des un enorme abrazo; volver en el auto charlando y que me cuentes los chismes, las travesuras en el aula, tus críticas y elogios a los profes, tu verborragia hacia lo injusto, las risas, los cantos a todo volumen de tu playlist. Infinitamente agradecido por regalarme los momentos más lindos de mi día, por ser parte y dejarme estar presente en cada instancia de tu vida. Por este viaje que duró 10 años. ¡Te amo hija!