El Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires desarrolló una inquietante programación con invitados locales e internacionales de prestigio. Muchas actividades tuvieron lugar en espacios ubicados en barrios de la Comuna 15 como el Bar Rodney y el Cementerio Británico en Chacarita; la librería Naesqui de Villa Ortúzar; y la cervecería Filidoro, Casa Gómez, Taller Musgo y Teatro Orfeo de La Paternal.
Durante los cuatro días que duró el evento se realizaron todo tipo de actividades gratuitas: entrevistas, diálogos, talleres, lecturas, recitales poéticos, performances, música, conversaciones y biblioteca abierta.
La propuesta fue “escuchar la poesía de lo que expresa el silencio” y muchas de las actividades estuvieron atravesadas por esta reflexión.
Del silencio lo único que sabemos es que se opone al sonido y, que en esa ausencia de ruido, dice, habla sin parar, y nos habla a nosotros. Conocemos a la perfección la delicadeza y la brutalidad con las que es capaz de actuar su verborragia. Pero si fuera el único lenguaje capaz de decir algo, ¿para qué se inventaron las palabras? Conociendo lo que el silencio es capaz de decir -y lo que dice es justamente lo que no se puede decir, lo que no se puede escuchar-, las palabras y con ellas la literatura se inventaron para rodearlo.
Este año FILBA contó con la participación de destacados escritores internacionales, entre ellos Katya Adaui, Charlotte Aigner, Jesse Ball, Žiga Jereb, Yuliana Ortiz Ruano y Cynthia Rimsky. Por Argentina, se presentarán autores como Gabriela Cabezón Cámara, Mariana Enríquez, Magalí Etchebarne, Fernanda García Lao y Sebastián Hacher, entre otros.
Fotos Filidoro: Jiniva Irazabal