Septiembre siempre se espera por la vuelta de la primavera; el mes del calor, el amor y el color de las flores, pero este año había otro regreso un evento que se vino postergando por tres años por culpa del maldito virus; y llegó el día con el pitido de inicio, la 15° edición de La Maratón de la Paternal está otra vez en carrera. Con ella volvió a florecer las calles del barrio con corredores, alegría y buena vibra el 25 de septiembre, el punto de partida fue el mismo que en las ediciones anteriores, el estadio Diego Armando Maradona (Juan A. García y Gavilán).
Charlamos con “Chiche” Rezoagli, uno de los organizadores del clásico del barrio que nos contó con mucha emoción sobre la vuelta de la maratón al barrio: “Realizar la carrera luego de 3 años significó volver a sentirnos vivos en el barrio y principalmente una gran satisfacción porque tuvo una repercusión muy grande y mucha gente entendió que el deporte es vida, que el movimiento es vida. Después de 3 años sacamos esa conclusión”.
Sobre por qué se considera a la Maratón de La Paternal un clásico nos dijo: “Se considera un clásico porque una carrera con trayectoria donde todos los años se va repitiendo un mismo esquema desde lo estratégico, lo logístico y lo deportivo hasta lo humano, se va convirtiendo sin querer en un clásico. Ya llevamos 15 ininterrumpidas, salvo la pandemia, eso es un clásico, y más teniendo en cuenta que no se corren carreras en la ciudad de Buenos Aires y es una de las últimas, por eso se profundiza más con un “clásico” de la ciudad".
Con respecto al recital que se organizó el día anterior en el estadio de Argentinos Juniors y pudo generar alguna complicación “Chiche” expresó: “Me cabe una sola aclaración, Argentinos da para todos, es un estadio hermoso, es un barrio con mucho calor humano; la noche anterior a la maratón hubo un recital y realmente no nos molestó, si tuvimos que correr un poquito, la vorágine que días antes exista un recital de tamaña envergadura de cantidad de gente nos obligó a correr un poco durante la jornada, pero no fue ninguna molestia. Ese estadio tiene que estar lleno todos los días de la vida, la música y el deporte son vida”.
Esta nueva edición contó con 400 participantes, con la particularidad que se inscribieron atletas de varios países de Sudamérica: Ecuador, Venezuela, Bolivia. La fiscalización la realizó la Federación Atlética Metropolitana, y además contó con el servicio de la guardia de los socorristas de la Escuela Argentina de Salvamento, Búsqueda y Rescate (ESBRA) que acompañaron a los corredores durante el circuito. Contó como siempre con el apoyo de la Asociación Atlética Argentinos Juniors y los clubes de barrio (Centro Cultural Resurgimiento, Villa Sahores, Ciencia y Labor, Imperio Juniors, Villa Mitre y La Paternal. Entre los auspiciantes estaban Sanitarios Sani3 y Perfumerías Anika entre muchos comercios que colaboraron con premios para los sorteos.
El nombre que llevo la carrera fue el de Andrés Loveiras, o como le decían en el barrio "EL CUBANO"; atleta excepcional, vecino e hincha de Argentinos Juniors fallecido el 6 de abril del corriente año que participó en todas las ediciones anteriores.
El recorrido fue a través de Juan Agustín García, Andrés Lamas, Remedios de Escalada de San Martín, Terrada y otra vez Juan Agustín García hasta cerrar un rectángulo perfecto. Los 7 kilómetros correspondían a la prueba competitiva realizando dos vueltas al circuito y la prueba participativa de 3 kilómetros y medio equivalía a una sola vuelta.
El podio con las mejores marcas en la tabla general fueron:
Masculino: 1°) Juan Manuel Basile (categoría 25-29 años) 00:22:48; Santiago Coveña (categoría 20-24 años) 00:22:57; 3°) Juan Pablo Cucchiara (categoría 35-39 años) 00:23:27.
Femenino: 1°) María Arzamendia (categoría 45-49 años) 00:26:43; 2°) Sabrina Baabour (categoría 35-39 años) 00:27:14; 3°) María Soledad Vallino (categoría 45-49 años) 00:28:19. Los ganadores recibieron sus respectivos trofeos y premios en efectivo.