Bajo la consigna “La Escuela No se Cierra”, la comunidad educativa de la escuela Fray Justo Santa María de Oro realizó un nuevo semaforazo este viernes 12 de septiembre en la esquina de A. Álvarez Jonte y Andrés Lamas. La protesta, que ya se ha convertido en una modalidad habitual, consistió en aprovechar la luz roja del semáforo para mostrar carteles y repartir volantes entre los automovilistas, con el objetivo de alertar sobre el posible cierre de la institución.
A pesar de la contundencia de las movilizaciones, las docentes Lucía González y Luciana Fernández confirmaron en diálogo con Nuestro Barrio que no han recibido ninguna respuesta oficial por parte del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad, ni de la Supervisión, a sus reiterados pedidos de reunión. “Mandamos una nota con un pedido de reunión el viernes 28 de agosto, 29 de agosto, y todavía no tuvimos respuesta”, afirmaron.
La incertidumbre es total. Las docentes explicaron que, si bien circulan rumores sobre una posible marcha atrás en la medida, como desestimación de cierres de grados o fusiones de secciones, no existe ninguna garantía ni información oficial que confirme este cambio de postura. “Todo esto de palabra. Y la resolución aparentemente tiene fecha febrero 2026”, señalaron, lo que deja a la comunidad en un limbo sobre el futuro inmediato.
Uno de los puntos más críticos que destacan es la paradoja a la que se enfrentan: al no existir una resolución formal de cierre, no pueden accionar legalmente para impedirlo. “No hay nada desde arriba que diga que el cierre va a suceder, entonces tampoco nos dan posibilidad de presentar algún recurso de amparo”, explicaron.
Esta falta de certezas se traslada directamente a las familias. “Hoy las familias contaban que no les aseguran la vacante en ninguna escuela, de palabra. O sea, de palabra le dicen no, en realidad no se puede asegurar nada”, denunciaron las educadoras.
Desmienten a la Ministra y denuncian falta de diálogo
Las docentes desmintieron categóricamente un tuit de la Ministra de Educación, Mercedes Miguel, en el que aseguraba que “ninguna escuela en el barrio se va a cerrar”. “Nos hicimos usuarios [de Twitter] para preguntarle: señora, se está olvidando de nuestra escuela”. Según afirmaron, la ministra no respondió a sus interrogantes.
Además, criticaron el uso de las redes sociales como canal único de comunicación oficial, incluso para temas graves, y recordaron una reciente visita de la ministra a la escuela de Argentinos Juniors. “Cuando le preguntaron por la ley 2622, que garantiza el uso de ese espacio en comodato hasta el 2100, la Ministra no contestó (…) dijo, no es una ley, es un convenio. Le dijeron: no señora, es la ley 2622, y ahí no pudo contestar”.
Un modelo educativo bajo amenaza
Más allá de la falta de respuestas, la comunidad defiende la existencia de la Fray Justo por su modelo pedagógico único. Las docentes enfatizaron que se trata de una escuela de jornada simple, un formato que es fundamental para la inclusión de niños neurodivergentes.
“Las escuelas de jornadas simples son fundamentales para alojar a estos niños. No es lo mismo reducir una jornada completa para un niño que no la tolera o que hace sus actividades en otro área”, argumentaron. Destacaron que la escuela es un “ejemplo en el trabajo de inclusión” donde se construye una grupalidad específica gracias, justamente, a su matrícula reducida y su edificio.
“Nos decían que una piedra no hacía la identidad de la escuela. Pero las características edilicias y las matrículas reducidas hacen a las necesidades de las infancias. No es lo mismo un lugar que otro”, finalizaron, subrayando que el posible cierre no es solo una cuestión edilicia, sino un ataque a un proyecto educativo comunitario y de inclusión que no se puede replicar fácilmente en otra institución.
A la espera de una respuesta, la comunidad de la Fray Justo Santa María de Oro promete seguir alzando la voz en cada semáforo en rojo.