En una tarde que mezcló el olor a pasto recién cortado del templo con el de las páginas de un libro nuevo, Argentinos Juniors celebró sus 121 años de vida honrando su propia historia. No fue con un partido, sino con algo quizás más perdurable: con memoria. Este domingo, la Sala de Prensa del estadio Diego Armando Maradona se transformó en una usina de recuerdos para la presentación y homenaje del libro “Argentinos Juniors, Historia de un Sentimiento”, de Oscar Frasso.
El encuentro, programado para comenzar a las 14.30 hs con ingreso por la puerta 11, pronto se colmó de socios, hinchas y allegados, todos unidos por ese hilo invisible que teje la pasión por el ‘Bicho’. No era un acto cualquiera; era la tercera jornada de “Argentinos Escribe”, el ciclo organizado por la Secretaría de Cultura del club –con el acompañamiento del Rincón del Vitalicio– que busca saldar una deuda histórica: darle casa propia a las palabras que narran la vida del club.
“Nos parecía increíble que tantos libros sobre el club no hayan sido presentados en nuestras propias instalaciones. Era una deuda”, explicó Sergio Rapoport, miembro de la Comisión Directiva e integrante de la Secretaría de Cultura, reflejando el espíritu de una iniciativa que cuenta con el apoyo total del presidente Cristian Malaspina.
El verdadero protagonista de la tarde fue Oscar Frasso, no un autor cualquiera, sino el primer socio en escribir un libro dedicado íntegramente al club. Su obra, que abarca el siglo de vida desde 1904 hasta 2004, nació de un impulso triple y poderoso: el centenario, la reinauguración de La Paternal y el ascenso a Primera División, todos hitos de ese año mágico de 2004. Frasso no solo relata la historia institucional, sino que la filtra a través de sus propias vivencias, porque en un club de barrio, la historia grande y la personal siempre se entrelazan.
La calidez del evento la dieron las presencias de dos glorias que vistieron la camiseta en los años 70: Eduardo ‘Poli’ Cicarello y Carlos Pinasco. Los ex delanteros se sumergieron en anécdotas de una época dorada, dibujando con palabras épocas de gambetas y goles. El momento más emotivo, quizás inevitablemente, llegó cuando las conversaciones derivaron en sus relaciones con un joven prodigio que marcaría para siempre la historia del fútbol: Diego Armando Maradona. Fue un instante de pura nostalgia, un puente tendido entre el pasado y el presente dentro de las paredes del estadio que hoy lleva su nombre.
Más que una presentación, fue un homenaje. Un homenaje a Frasso, a la palabra escrita, y sobre todo, a esa identidad cultural única que define a Argentinos Juniors.