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1 de Septiembreo 2021
PROYECTO “LA CIUDAD NOS REGALA SABORES”
Las calles son fuente de fruta fresca y plantas medicinales
Escribe: Dafne Strobino Niedermaier
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La variedad de frutas que se puede recolectar por las calles de la Ciudad es tan amplia como desconocida. Por eso, a través de la iniciativa "La Ciudad nos regala sabores", Ludmila Medina busca enseñar cómo y cuándo cosecharlos.

¿Cuándo nació este proyecto?
Surge en 2012, cuando se dan muchas cosas al mismo tiempo que me hacen crear esta propuesta, que es que había empezado a estudiar en 2010 en la Facultad de Agronomía de la UBA, en 2011 trabajé en el censo de arbolado del Gobierno de la Ciudad y empecé a observar de otra forma a las plantas que estaban presentes en las calles de la ciudad. Entonces la idea era compartir las ubicaciones de los frutales para que las personas puedan recolectar y que esa fruta no termine en el piso pudriéndose.
Armé una página de Facebook donde compartía las ubicaciones, después algunas personas quisieron aportar, entonces se hizo un mapa con las ubicaciones. Luego se armó otro mapa que es participativo, la gente puede agregar el árbol que tenga cerca, de esta forma al tenerlo mapeado se usa como fuente de consulta permanente. Se lo puede consultar en: www.arboladourbano.com.ar

¿En qué consiste el proyecto?
Actualmente consiste en una propuesta de observar, reconocer, identificar y recolectar plantas comestibles y medicinales que crecen en la Ciudad, no solo árboles frutales sino también hojas de otros árboles que no son frutales que se utilizan de forma medicinal, yuyos que son llamados malezas que son comestibles y/o medicinales.
Desde 2012 realizo caminatas por distintos barrios de la Ciudad. Actualmente estoy de viaje por Argentina haciendo trabajo voluntario en agroecología, pude llevar un poco de esas caminatas a Chaco y Corrientes, con el mismo objetivo: visibilizar el alimento y la medicina que están en las plantas urbanas.
La idea es difundir y enseñar cómo y cuándo cosechar las frutas y alientos que nos dan los árboles y plantas. Este proyecto busca que las personas puedan mirar, reconocer y animarse a cosechar frutas de la calle.

¿Qué árboles y plantas comestibles y medicinales podemos encontrar?
Hay una gran cantidad de plantas medicinales y comestibles, podríamos decir que hay cerca de 100 especies, pero las más comunes de encontrar de futa son moras, nísperos, paltas, naranjas, olivos, higos, nueces, de todo. Dentro de esta propuesta también está el valorizar las plantas nativas, no reproducir las que son exóticas e invasoras, porque todos los frutales son exóticos y muchos de ellos son invasores como la mora o el aguaribay, entonces una forma de controlarlos es comer la fruta.
De plantas silvestres, los yuyitos, los más comunes son el diente de león, cerraja, mastuerzo, ortiga y lengua de vaca.

¿Haces visitas guiadas por distintos barrios mostrando plantas y árboles comestibles?
Hago recorridos guiados, ahora en septiembre vuelvo a Buenos Aires porque me salió un trabajo, voy a hacer unas caminatas y después sigo con el viaje. En general, los barrios por los que voy son todos los del oeste de la Capital como Liniers, Mataderos, Villa Santa Rita, Monte Castro, Vélez Sarsfield, Villa Real, Versalles, Flores.
También he realizado caminatas con niños y niñas, con una colega, en un plan más educativo, en distintitos barrios como Villa Soldati, Lugano, algunas villas también. Se podría hacer en cualquier barrio, lo que pasa es que los barrios que están más al oeste son los que tienen más variedad, diversidad y cantidad para reconocer y recolectar.
Las caminatas duran entre dos y tres horas. Se arman grupos de entre 30 y 50 personas que pueden pasear a pie o en bicicleta. Se recorren en cada barrio unas 20 cuadras, pero se va parando para interactuar con los frentistas que tienen frutales en sus veredas. Previamente hago el circuito para ir avisando a los vecinos, pidiéndoles permiso para cosechar e invitándolos a sumarse al paseo.

¿Tenés otros proyectos relacionados?
Trabajé en distintas huertas educativas y comunitarias en la Ciudad. Siempre la actividad en educación y con niños y niñas está presente, la de proponer observar, reconocer, recolectar, jugar un poco con los sentidos para identificar las plantas. Como esos trabajos que tenía se relacionaban con la propuesta.
Actualmente estoy viajando por el país, un poco llevando la propuesta a distintos lugares. Mi vida está atravesada por todos los proyectos que están relacionados con las plantas, con la educación, entonces a veces es difícil separarlos.

¿Te financias de alguna manera?
Desde 2012 hasta 2018 las caminatas siempre fueron gratuitas y abiertas, mi trabajo era ad honorem. En 2019 gané con un grupo de mujeres una convocatoria del Ministerio de Cultura de la Ciudad que se llamó Barrios Creativos, las caminatas fueron gratuitas para los participantes, pero me financiaba el trabajo con el concurso que habíamos ganado.
Las caminatas con niños y niñas formaron parte de un proyecto que presentamos y ganamos del Fondo Metropolitano de las Artes. Durante todo 2020 hice talleres virtuales, intentando reproducir la caminata presencial, esos los cobré y de esa forma sobreviví durante la pandemia.
Después empecé a agregar talleres de dos módulos: virtual y caminata, estos tenían el plus de contar con contenido teórico, material bibliográfico y demás, entonces también los cobraba. Los que voy a hacer en septiembre, algunos paseos van a ser gratuitos porque van a ser dentro del marco de una propuesta de la Dirección de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad y seguramente dicte de nuevo talleres virtuales más las caminatas y esas las cobre.
La idea es que todas las personas puedan acceder, entonces siempre es muy económico, en las redes comparto mucha información y si alguien no puede pagar también hago excepciones, becas ó 2x1.

¿Tenés alguna anécdota o experiencia para contar?
Para cosechar los árboles y plantas que hay en las calles recomiendo tocar timbre siempre, pedir permiso, hablar con la gente, de esta forma nacen muchas anécdotas porque los vecinos y vecinas te cuentan la historia del árbol que tienen frente a sus casas, quién lo plantó, qué uso le dan y demás, es una parte muy interesante de la propuesta, volver a vincularse con las personas.
Nos han contado de un niño que sembró la semillita de la naranja en el jardín, después la familia plantó la germinación en la plantera de la vereda y se convirtió en un árbol que creció y actualmente comen las naranjas dulces de ese árbol.
Cuando salimos en las caminatas, la gente siempre ayuda con una escalera, una escoba, algo para cosechar. En algunos lugares llenos de duraznos la gente los cosecha, hace dulces y los reparte entre los vecinos. En otros lugares con la naranja amarga sucede lo mismo, hacen dulce y los reparten entre toda la cuadra.
En las recorridas la gente además comparte recetas, se intercambian datos acerca de cómo hacer licor de níspero, frutas en almíbar, mermeladas, tartas frutales, cascaritas de cítricos azucaradas y muchas cosas más
Es muy lindo ver sobre todo a los chicos porque en ellos surge con claridad el instinto recolector, cómo les llaman la atención los olores, los colores. Estas historias nacen de los vínculos entre las personas y el de ponerse a charlar que tal vez de otra forma no sucede.

Para contactar con “La Ciudad nos regala sabores”:
Facebook: @LaCiudadNosRegalaSabores
Instagram: @laciudadnosregalasabores