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14 de septiembre 2012
PROTESTA EN CONTRA DEL GOBIERNO KIRCHNERISTA
Por la inseguridad, el autoritarismo, la inflación, las restricciones cambiarias y el no a la re-relección
Escribe: Fabián Volcovich

Foto: Leonardo Idoria

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Diversas movilizaciones en la ciudad de Buenos Aires y el resto del país se llevaron acabo el jueves 13 de Septiembre expresando descontento contra el Gobierno Nacional. La manifestación más grande se produjo en la Capital Federal, donde miles de manifestantes llegaron hasta la Plaza de Mayo y el obelisco formándose en grupos en diferentes esquinas de la ciudad. La convocatoria se produjo pocos días atrás, desde las redes sociales con diferentes consignas de protesta como ser la inseguridad, el autoritarismo, la inflación, las restricciones cambiarias y el no a la re-relección.
Pero mas allá del contenido explícito que tiene este llamado de atención al gobierno de Cristina, lo más llamativo es el hecho de querer desconocer la voz del pueblo o mejor dicho negar los requerimientos de un sector del pueblo que en definitiva ha depositado toda su confianza en su gestión publica. “A esa gente le importa más lo que ocurre en Miami que lo que ocurre en San Juan” dictamino el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Uno realmente no sabe que pensar frente a esta reflexión que hizo uno de nuestros máximos funcionarios del gobierno, lo cierto es que el gobierno parece haber perdido la sensibilidad sobre la atmosfera de la calle y la atención a las señales de alarma que exhiben las encuestas, que vienen registrando una caída de imagen en la opinión publica y las preocupaciones centrales de la sociedad. Por su parte, prefirió culpar a los medios de comunicación, blindarse tras la idea de una conspiración destituyente e insistir.

Sin lugar a dudas, la magnitud de la protesta constituyó un hecho histórico, que superó largamente las expectativas y previsiones de quienes por mail, facebook, twitter o por otras redes sociales convocan a participar de esa movilización. Mi reflexión de lo sucedido es que la sociedad si bien no encuentra canalizar positivamente lo que quiere y en donde la fragmentación y debilidad de los partidos políticos es un obstáculo a la construcción de una alternativa, es optimista en rechazar lo que no los identifica como una forma de empezar. La cadena casi monopólica de medios oficialistas, tanto estatales como privados no exhibió las manifestaciones durante las primeras horas, en la cual fue reemplazada por un acto de la presidente en San Juan, en la fábrica Lacoste. Lo que queda claro es que la manifestación fue puramente espontánea en cuanto a que no tuvo un órgano formal que lo convocara, no tuvo organización, no tuvo líderes, no hubo discursos y se fue generando de un modo absolutamente libre.
En definitiva hago honor al dicho que dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

 

UNA MANIFESTACIÓN… VARIOS MENSAJES 
El día jueves 13 de septiembre los argentinos fuimos testigos de una expresión colectiva que tuvo como protagonistas a miles de compatriotas, y encierra varios mensajes.
La magnitud inesperada de la movilización dejó a casi todos sorprendidos, a algunos estupefactos y a otros satisfechos de haber podido expresarse y/o ver como un sector de la sociedad fue capaz de generar una vez más una masiva forma de expresión. Sin duda, a ninguno le pasó desapercibida o le fue indiferente.
A las pocas horas del evento, surgen análisis que dependiendo del sector y del pensamiento político, intentan colocar etiquetas, calificativos, posicionándose a favor o en contra, “ninguneando” o sobredimensionando el hecho,  como si se tratara de bandos donde uno tiene que vencer al otro, aunque más no sea en el aspecto dialéctico.
Sin embargo, si intentamos abordar esta experiencia libres de apasionamientos cortoplacistas, quizás podamos descifrar mensajes enriquecedores para nuestro ser colectivo.

1º. “Bienvenido el 5º poder: Las redes sociales”. Un primer dato, no menor, es que esta movilización fue convocada fundamentalmente a través de las redes sociales y tuvo a los usuarios como principales protagonistas y agentes multiplicadores. A juzgar por los resultados (la experiencia argentina y lo sucedido en los últimos tiempos en otros países del mundo), surge una primera y evidente conclusión: las redes sociales le dan a todos y a cada uno de los individuos un poder sin precedentes en toda la historia de la humanidad. Ya no es imprescindible que alguien medie en el mensaje -como históricamente lo hicieron los medios gráficos, radiales y televisivos- porque el canal de comunicación es universal a todos los que tienen acceso a él (grandes mayorías).
Si bien, hay que reconocer que la televisión por su masividad tuvo en el momento del hecho un papel relevante al transmitir, reflejar en tiempo real y en forma simultánea la dimensión de lo que estaba sucediendo en los diferentes puntos del país, en mi lectura y como dice el título de este punto, las redes sociales cambian la ecuación del poder porque convierte al individuo ya no en un receptor pasivo sino que ahora es un actor protagónico en la construcción, transmisión del mensaje y llevar adelante las acciones que propone.
 
2º. La manifestación fue lo suficientemente heterogénea y difundida a lo largo y a lo ancho del país –en los barrios, en las plazas centrales de la Capital Federal y las distintas ciudades y pueblos del interior- como para mostrar su contundencia irrefutable e impedir que algún sector tuviera la primigenia idea de atribuirse la convocatoria para sí.
Y es precisamente en su masividad y heterogeneidad donde se halla la riqueza del mensaje. No todos se movilizaron por las mismas razones ni con el mismo tipo o nivel de reclamo, aunque claramente emergieron algunos temas comunes:
-    Seguridad Pública. Preocupación que se acrecienta al ver que el Estado no da las respuestas suficientes, adecuadas y/o esperadas.
-    Preocupación por el devenir económico: inflación, costo de vida, necesidad de índices estadísticos convergentes con la realidad que vive cada uno día a día.
-    Seguridad Jurídica. Respeto por la Constitución Nacional, la legislación y las libertades individuales que emergen de ella, pilares básicos de la Nación y de la convivencia colectiva. Y que, según perciben quienes se manifestaron, están siendo condicionadas por el Estado Nacional.
-    Necesidad de mejorar la Comunicación - Diálogo - Consenso  - Concertación.

3º. El mensaje fue entregado en primera persona, sin ningún otro interlocutor o mediador que el propio ciudadano movilizado. De aquí surgen algunas otras cuestiones:
-    El sistema institucional de partidos políticos y de representación en general está lo suficientemente erosionado como para que el ciudadano sienta la imperiosa necesidad de movilizarse y manifestar en forma directa.  Esto atañe a toda la clase política y en todos los niveles.
-    Esta convocatoria parece no tener, en principio, ningún otro objetivo más que poner en conocimiento de nuestros gobernantes las asignaturas pendientes que los ciudadanos consideran deben ponerse en la agenda pública. En este sentido, parecería que el conjunto de la ciudadanía movilizada está intentando actuar como tutor, guía y último control de los actos de gobierno. 
Sin embargo, si no se atienden los reclamos, si no se valoran los mensajes, más tarde o más temprano, se traducirán en movimientos organizados con surgimiento de nuevos liderazgos. 

4º. Fue una manifestación cívica que muestra una sociedad madura que quiere ser protagonista de su propia historia, pretende expresarse y hacerse oír no solo en las urnas. Estamos asistiendo a una democracia mucho más participativa pero que a su vez acusa una crisis de representatividad de organizaciones y líderes que otrora en Argentina cumplían la función de ser intérpretes y voceros de los reclamos sociales. 
Otros aspectos no menores fueron:
-  Esta inmensa movilización se hizo en paz y respetando la diversidad de pensamiento de quienes participaron.
- Quienes no estaban de acuerdo con la convocatoria, pero tenían conocimiento de ella por las redes sociales o los medios de comunicación, obviamente no se sumaron pero tampoco se constituyeron en contraprotesta. Esto debe ser puesto en valor a la hora de medir o hacer juicios sobre los grados de tolerancia y libertad.
Por todo ello, más allá de las declaraciones públicas que se hayan hecho “en caliente”, si la clase política, la clase dirigente y nuestros gobernantes tienen la clara visión de leer adecuadamente los mensajes expresados el día jueves, sin caer en reduccionismos o simplificaciones banales hay una nueva ventana de oportunidades que se abre hacia una verdadera y consolidada Unión Nacional, respetuosa del sistema que elegimos para vivir y comprometidos con el destino de nuestra Patria.

Lic. Mónica Rodríguez