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3 de septiembre 2012
ENTREVISTA AL ACTOR MAURICIO DAYUB EN RESU
“Cuando alguien hace algo que vale la pena, la gente se entera y lo ve.”
Escribe: Nadia Brenda Salva
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Salió a escena, vestido como de los años setenta, a los gritos, desesperado por el suicidio repentino de su hijo de 19 años. Así, Mauricio se presentó en el escenario del teatro de Resurgimiento ubicado en Artigas 2262. Mauricio, luego de la obra nos concedió una entrevista digna de compartir.

¿Cuál es tu idea de brindar esta obra abierta al público?
Para mi hacer una función es siempre igual, con mucho o poco público, en un barrio o en otro. Siempre trato de hacer la función lo mejor posible. Me acerco más a mi vocación que a la platea. Particularmente en este Centro Cultural, el público recibe cada gesto, cada palabra, cada frase. Uno siente que va trasladando la función segundo a segundo. Y eso no se da en todos lados.

En el escenario se siente que desciende una vibra tremenda en los papeles que interpretás, y es tan así, que tus gestos se transportan a los del público, ¿Lo sentís así?
Totalmente. Es la segunda función que hago acá, con lo cual no es más fácil para mi. Algunos habían venido con recomendaciones, otros venían por segunda vez, o sea que no era la función más simple. Pero me sorprende, es hermoso hacer teatro así.

¿Cómo hacés para liberarte de toda la carga emocional de cada obra?
En realidad me la llevo, porque más allá de la entrega que requiere este espectáculo, muy potente llegando al final, lo que la gente me transmite me dura un rato largo y en la semana te diría, que recuerdo momentos. Además no soy el actor lleno de fantasmas que se tortura con eso, pero no es algo que la función sólo empiece y termine, el eco que del público recibo queda flotando un poco. Es mucho mejor que una función “común”.

Sabemos que la función empieza antes de que subas al escenario, ¿Cómo es ese momento?
Yo tengo una previa que hago desde hace un tiempo, no es rígida, va cambiando, se va modificando con mi estado previo, con los espacios que tengo. Tengo una ropa para entrenar, tengo una alfombrita donde entreno y más allá de lo que tenga que ver con la elongación y con el calentamiento de los músculos que es lo que hago, preparo la voz, y también hay un entrar a un lugar en el que intento hacer la función como la primera vez.
Como la primera vez en la que me subí  arriba del escenario y miré por el telón, donde no me conocía nadie, y esa cosita que sentí. Trato de recuperar un poco eso.

¿Decís que sentís la misma emoción de la primera vez en escenario?
En realidad la primera función tiene algo de curioso. Yo sentía que no tenía ninguna responsabilidad porque nadie sabía quien era y lo que iba a hacer. Y después con el tiempo, a medida que la gente va viendo el espectáculo, ya sabes que muchos de los que vienen van a comparar el trabajo anterior, o me vieron en otros trabajos. Yo trato de recuperar esa sensación de la primera vez, y estar lo más despreocupado posible pensando que nadie me conoce y que nadie viene a ver nada, que nadie espera nada de mi. Y yo les traslado lo mejor que puedo dar.

Estilo técnica.
La verdad son cosas que uno tiene que inventarse, porque el teatro es el arte de repetir y repetir, se puede transformar en una trampa para el actor. Pero sí, una técnica es necesaria tener.

Cambiando un poquito de tema, ¿Conocías el barrio?
Sí pero poco. Estuve haciendo compras, de paso, pero no es un barrio que me tocó afrontar en mi vida personal, no vine por otra razón más que por la obra.

¿Te parece que ésta es una buena oportunidad de brindarles a los vecinos el alcance al teatro que dista de lo que es la accesibilidad de los de calle Corrientes?
Esto es algo que he descubierto en nuestra gira, sobre todo porque en este caso puedo trasladar el mismo espectáculo que hago en mi teatro, el mismo que hice en la calle Corrientes, el mismo que hago de gira, tal vez antes me daba un “no sé qué” salir o no había suficiente capacidad técnica, o no había suficiente público, o el tamaño de los escenarios no daban, tampoco quería brindarle menos de lo que hacia a la gente, pero esta gira de ocho funciones en distintos barrios, me ha abierto un panorama, y te diría que lo volvería a hacer por la experiencia con la gente.

Concluyendo, ¿Qué consejo le darías a un joven de este país con el deseo de ser actor?

Traslado lo que yo hice que no es ningún modelo pero me permite hacer el teatro que a mi me gusta. Creo que estudiar e intentar conocer gente que le guste el teatro, encontrar un texto cualquiera o una situación cualquiera que te permita experimentar con tus amigos lo que es subirse al escenario y trasladarle algo aunque sea a un espectador. Sólo a uno, el teatro empieza a existir. Esta etapa es difícil, pero se puede. Pero a pesar de todas las injusticias que tiene, Buenos Aires tiene algo muy justo. Cuando alguien hace algo que vale la pena, la gente se entera y lo ve. Como que se hace justicia con la calidad, con la originalidad. No queda otra que buscar cosas buenas para poner arriba del escenario, y dárselo a la gente.