Conocimos Club Conjura, un espacio cultural que busca darle visibilidad a las bandas emergentes de la escena porteña. Charlamos con Nicolás y Karen, quienes llevan adelante este proyecto junto a un grupo de amigos, ellos se conocieron es este lugar cuando funcionaba La Comunidad del Sótano.
¿Por qué decidieron abrir Club Conjura acá?
Karen: A mediados de 2019 cerró La Comunidad del Sótano, trabajaba como camarera y Nico solía venir a tocar con su banda, así nos conocimos.
Nicolás: Fue bastante casualidad que hayamos vuelto acá, porque en realidad yo tenía una sala con un amigo en Cucha Cucha y Trelles, era un PH, se nos terminaba el contrato y justo volviendo del laburo paso con la bici y veo que lo alquilaban de nuevo. En la pandemia vivía un tipo que tenía una carpintería que le hizo un entrepiso. Primero estuvimos unos 5 o 6 meses haciendo eventos para juntar plata, contactamos al dueño que se acordaba de Karen que trabajaba acá, fue todo con mucha suerte y esfuerzo.
Cuando buscábamos, vimos otros lugares que no nos terminaban de convencer, este era bastante más caro que los demás, también tenía esto: ya sabíamos con las cosas buenas y malas que nos íbamos a encontrar.
Karen: También teníamos toda la historia Del Sótano que iba a traer mucha gente y muchos curiosos que iban a decir: “che volvieron a abrir”, a la gente que le trae buenos recuerdos, obviamente. Mucha gente vuelve. Volver a abrir algo del barrio, algo cultural. Nosotros nos conocimos acá, varios de los chicos también. Es parte importante de nuestra historia.
¿Cuándo abrieron?
Nicolás: El 13 de mayo del año pasado. Los primeros seis meses teníamos la plata muy justa, no pudimos esperar a abrir y hacer toda la infraestructura que necesitamos y todas las habilitaciones, tuvimos que abrir y empezar a trabajar. Estuvimos cuatro meses más o menos con la persiana baja.
Karen: De mayo a noviembre tampoco teníamos los carteles de afuera, ni las luces.
¿Cómo es su relación con los vecinos y vecinas?
Nicolás: Cuando estábamos haciendo la mudanza, la señora pasaba con los perros, y nos preguntaba: “¿Qué van a hacer acá?” No hay contaminación sonora, de hecho con esta vecina fueron a hacer la medición y el resultado dio bien.
Nosotros nos presentamos con todos los vecinos de la cuadra, les explicamos qué íbamos a hacer, les dimos nuestros números de teléfonos. La onda es no molestar a nadie, de hecho los vecinos vienen acá a pasar un rato. A veces cuando prendemos la parrilla afuera, para algún evento, se ponen re contentos, vienen y comen.
¿Cuántos son ustedes?
Nicolás: Nosotros trabajamos todos de otra cosa y después durante la semana venimos después del laburo y el fin de semana nos turnamos para cubrir los horarios en que abrimos, esa es nuestra metodología. En la Asociación Civil somos 11, pero de esos 11 venimos a trabajar 6 personas. Abrimos algunos domingos también. Seremos unas 10 personas. Algunos con un poco más de intensidad, depende de quién se encargue de cada cosa.
¿Cómo fue obtener la habilitación?
Karen: No recurrimos a ningún gestor, entonces hubo que leer todas las leyes e ir consiguiendo los papeles, ir preguntando en otros centros culturales, pero fue todo sentarse, leer, llamar, preguntar y así nos rebotaron un par de veces algún que otro papel, pero finalmente pudimos. Quizás tardamos un poco más.
Nicolás: MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos) nos ayudó mucho. Hicimos la Asociación Civil. Son un millón de cosas que nunca se terminan. Ahora estamos haciendo la ventilación mecánica, poniendo un motón de plata solo para la parte legal y los planos. Pero bueno, está bien que sea así.
¿Qué otras actividades hacen acá?
Nicolás: Nosotros hacemos música en vivo mayoritariamente, también hay exposiciones de pintura, fotografía y se festejan cumpleaños. Hicimos festivales para el 24 de marzo, la primavera, año nuevo, para el cumpleaños de Conjura. Pero, generalmente tocan bandas en vivo, son más género rock nacional o poco más rock psicodélico, medio Spinetta.
Además ensaya una banda que se llama Jardineros, que empezaron hace poco, son gente que ya conocemos desde hace mucho. Y a mí me permite poder venir a ensayar con mi banda, se llama Los Vatos de Mota.
También tengo mi taller, soy técnico electrónico y Wally tiene su taller de luthería, es mi compañero con el que tenía la sala, entonces compartimos taller.
Karen: Otro de los chicos se dedica a sacar fotos, otros editan, casi todos son músicos, Fer pinta.
Nicolás: Joan es tatuador, tiene un local en Dickman y San Martín que se llama Freedom Art. Él hizo los murales acá adentro.
Hicimos un evento de fichines, trajeron juegos de arcades de programadores nacionales, gente que hace prototipos de videojuegos. Algunos chicos trabajan de diseñar videojuegos, tienen un podcast que hablan todo de videojuegos, hicieron un evento acá. Trajeron máquinas para que la gente juegue y el evento fue un podcast en vivo y terminó con una fiesta.
Es gente con la que compartimos filosofía de vida pero en otro rubro distinto. Tratamos de mantenernos en nuestro círculo con el que nos sentimos cómodos.
¿Ustedes son de La Paternal?
Nicolás: Sí, nosotros vivimos en Gavilán y Jonte, a una cuadra de la cancha de Argentinos. En realidad, soy de La Matanza, me mudé hace 7 años a Paternal cuando teníamos la sala y después nos conocimos con Karen, empezamos a salir, nos pusimos de novios y nos mudamos juntos a Gavilán.
Karen: Yo era de Almagro. Hay otros de los chicos que son de La Paternal, nos juntamos acá, nos conocimos en este barrio y quedamos nucleados acá.
Nicolás: La gente de La Paternal sigue siendo súper familiera, es muy accesible, muy humana. Creo que si ya te vas a un lugar como por ejemplo Villa Crespo, que es cerca y no es así, está muy globalizado.
¿Reciben algún tipo de subsidio?
Karen: Ya no hay financiamiento. Muchos espacios se sostenían sabiendo que algún subsidio o algo iba a salir, que iba a permitirte comprar equipos que son carísimos, que llevan un montón de tiempo. Las luces que tenemos ahora las compramos por un subsidio que dio el Ministerio de Cultura de Nación en la pandemia. Nunca hubiéramos podido comprarlas de otro modo.
Pero hay un montón de trabas, y nosotros como espacio cultural aportamos al barrio, aportamos a los trabajos, aportamos a la cultura, a un montón de cosas, no está visto todo ese trabajo que nosotros hacemos.
¿Tienen algún proyecto o sueño que quieren cumplir?
Karen: Ahora el objetivo que tenemos es poder llegar más al barrio, lo que nos pasa ahora es que somos como un bar nocturno, con la música en vivo, que quizás los vecinos de afuera lo ven como un boliche y nuestro objetivo es abrir más e invitar a otras propuestas e invitar más al barrio.
Nicolás: Esta zona de Paternal es muy diferente durante el día, de día es una cosa y de noche es completamente distinta. A la tarde tal vez está explotado de gente y a las 6 ya no hay nadie.
Karen: De día es muy de trabajadores de fábrica, talleres mecánicos. Y nuestra cuadra en particular, los vecinos son gente mayor en general. Cuando nos presentamos y les decíamos lo que íbamos a hacer, nos tiraban buena onda.
Nicolás: Queremos hacer un evento el 10 de octubre, que es el 10 del 10 con temática maradoniana, un evento más orientado al barrio.
El día de la primavera, que hicimos el año pasado, tocaron bandas que ya habían tocado en nuestro festivales, esos eventos son a puertas abiertas.
Karen: Queremos abrirnos al barrio e internamente, con los que trabajamos acá, poder profesionalizar el trabajo. Empezamos sin poder pagar ningún sueldo, hasta que de a poco fuimos como pagando una jornada de trabajo, y siempre nos proponemos ir agregando más puestos de trabajo, que sirve como una changa más o un complemento salarial.
Nicolás: Tenemos planeado hacer un evento, vamos a ver si nos sale, para festejar fin de año, ver si podemos cortar la calle y sacar el sonido para afuera. Tenemos que ver cómo se hace eso, qué permisos hacen falta y qué tan factibles es que nos lo den. Nosotros tratamos cada dos meses de hacer eventos nuestros, abrir para los vecinos, para nuestros amigos y que sea una invitación de Conjura para los de afuera y mostrarles las bandas que a nosotros nos gustan, que la gente se sienta cómoda, por ahora esa es la manera que tenemos de acercarnos.
También la idea es tratar, para el año que viene, de poner una agenda en común con otros centros culturales, como lo de “Mañana es mejor”, que se hace en varios lugares, con una temática particular.
¿Por qué eligieron el nombre de Club Conjura?
Karen: Para inspirarnos hicimos como un cadáver exquisito y un amigo nuestro estaba leyendo un libro y dijo: “yo tengo como una palabra” y salió conjuro, y como somos medio maguitos y queríamos hacer un club y después salió esto de conjura. Es algo lindo porque entre nosotros decimos: “vamos al club”, en el grupo de wapp nos saludamos: “Hola conjuras”, es nuestra identidad.
Contacto:
Dirección: Nicasio Oroño 2476
Instagram: @club.conjura