15 de agosto 2023
BICHOS: HACIENDO HISTORIA
Así empezó
Escribe: Norberto A. Muño / Tomás González Messina (Historiador UBA)
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En 1904, hubo un grupo de muchachos que dio rienda suelta a su sueño: armar un equipo de fútbol. Viviendo una vida signada por adversidades, tomaron conciencia de su realidad dando así el primer paso para intentar cambiarla. Había personajes con suficientes ganas y empuje como para ocupar todos los puestos del campo de juego y hasta los dirigenciales. Por entonces, un puñado de esos jóvenes destacaron por sobre el resto. No porque fueran más importantes, sino porque tomaron la iniciativa en un montón de aspectos. Estaba Luis Cavatorta, a quien le gustaba tanto el fútbol que probó todas las posiciones excepto la de arquero. O los hermanos Agostini, José y Domingo, que ponían la casa para que fuera la precaria sede de lo que estaba surgiendo. Además contaban con el apoyo incondicional de su madre en sus peripecias, al nivel de que la doña se encargó de coser los primeros uniformes rojos y blancos. Y estaba también Leandro Ravera Bianchi, el primero en tomar las riendas de la conducción del equipo tanto dentro como fuera de la cancha.
No importaba que todos fueran cracks, sino que fueran amigos y que pensaran parecido. Ya llegaría (y en qué forma) la época de los grandes jugadores. Antes, en el momento de la fundación, tocaba sentar las bases de algo que habría de trascender por generaciones: un ámbito de sociabilidad en el que el deporte fuera una buena razón para reunirse y mancomunar el esfuerzo. En Argentinos Juniors, lo primero fueron los valores. Comenzaron siendo ideales políticos. Devinieron en bases nobles para el desempeño en el deporte y en la vida. ¿O usted piensa que es casualidad que el equipo que un grupo de anarquistas y socialistas fundaron como un medio de acción directa se haya convertido en el principal semillero del mundo? Los valores que los sacaron a la cancha se siguen respetando día tras día en nuestro querido club: el trabajo duro, la humildad, el respeto, la educación, el esfuerzo, el compromiso y la solidaridad. Ese grupo de entusiastas pibes, ¿imaginaba un presente como este? El simple equipo de barrio que surgió de una fusión con el modesto objetivo de enfrentar a un equipo más fuerte, hoy día consolidado como uno de los principales del país en todo orden. Pero, más allá de eso, convertido en un ejemplo a seguir debido a sus 119 años respetando a rajatabla una identidad.