Con la llegada del invierno, el frío intenso se apodera de la ciudad de Buenos Aires, llevando las temperaturas por debajo de cero. Para muchos, la imposibilidad de acceder a una vivienda digna se convierte en una lucha diaria por la supervivencia. Este panorama desolador hace eco del concepto atribuido al arquitecto Fermín Bereterbide, quien sostenía que el Estado gastaría menos en proporcionar hogares dignos que en mantener doctores, policías y comisarías.

En el mes de julio, el frío se siente con fuerza en las calles de Buenos Aires. Para algunos, no queda más opción que refugiarse en las entradas de hospitales, iglesias o edificios. En nuestro barrio, se pueden observar grupos de personas cerca del puente de la Avenida San Martín y en los alrededores de la estación La Paternal, recolectando cartones y chatarra para vender a los depósitos de reciclado cercanos.

Viven en casas precarias a la vera de las vías y la estación La Paternal. Aunque sufren el frío, muchos dicen estar acostumbrados. Por las noches, encienden fuego en barriles para intentar combatir las heladas. La situación de los sin techo se ve agravada por el encarecimiento de productos y servicios, la caída de la producción, los desalojos y los despidos, reflejando una crisis que se vive en todo el país y se observa claramente en las calles del barrio.

En 2006, el censo de la Ciudad de Buenos Aires registró 725 personas en situación de calle. El último censo reveló un aumento dramático a 4.000 personas, de las cuales 2.700 usan paradores y 1.300 no, además de las casi 5.000 que entran y salen para realizar tareas de cartoneo.

Operativos del GCBA

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) despliega cada noche el Protocolo Invernal con más de 600 personas trabajando para dar una respuesta inmediata e integral a las personas en situación de calle. Los equipos de la red de atención recorren los barrios porteños ofreciendo ingreso a los centros de inclusión social, conocidos como “paradores”.

Según información oficial, el gobierno cuenta con 47 centros y hogares adaptados para grupos familiares, personas solas o madres con niños, cogestionados con diversas asociaciones. Más de 60 móviles de la Red de Atención, junto con equipos de a pie del Ministerio de Desarrollo Humano, recorren la Ciudad. Estos equipos han sido ampliados con 20 socorristas que monitorean los casos de personas que no aceptan ir a los Centros de Inclusión Social. Los vecinos pueden solicitar atención a través de la Línea 108 y del BOTI de la Ciudad (11-5050-0147), disponibles las 24 horas, los 365 días del año.

En Contraposición

Organizaciones sociales que trabajan junto a personas sin hogar denuncian la falta de vacantes en los paradores y la existencia de listas de espera. Señalan que las condiciones de convivencia en estos lugares son a menudo hostiles.

Desde el GCBA responden que la realidad en la calle ha cambiado, con un aumento de la agresividad y la violencia, no solo entre las personas en situación de calle. Un relevamiento de la Ciudad indica que el 60% de estas personas enfrentan problemas de consumo de sustancias o padecimientos de salud mental.

Para abordar esta problemática, el GCBA planea paradores especializados para diferentes poblaciones: familias, adultos mayores, mujeres solas y personas con problemas de consumo o salud mental. Un equipo evaluará la situación de cada persona para asignarla al parador que mejor se adapte a sus necesidades, ofreciendo comida, abrigo, una cama, una ducha caliente y un contexto en el que puedan resocializarse a través de actividades compartidas.

Sin embargo, el principal reclamo es que el acceso a estos centros solo es posible llamando al 108 y esperando un móvil que los lleve. Si no se sigue este procedimiento, no pueden ingresar.

Los barrios más críticos, según el relevamiento oficial, incluyen Retiro, San Nicolás, San Telmo, Monserrat, Constitución, Recoleta, Balvanera, San Cristóbal, La Boca, Nueva Pompeya, Barracas, Caballito, Flores, Parque Chacabuco, Belgrano, Palermo, Chacarita y La Paternal.

La lucha contra el frío y la falta de vivienda en Buenos Aires para los sectores más postergados sigue siendo una batalla diaria para miles de personas. Mientras el invierno continúa, la necesidad de soluciones urgentes y efectivas se hace cada vez más evidente.