Vecinos y vecinas del barrio de Chacarita advierten sobre las consecuencias de la construcción desmedida de nuevos edificios en distintos puntos. Desde 2018, cuando el Gobierno porteño sancionó el código urbanístico. Vecinos y vecinas alertaban desde un principio sobre las consecuencias ambientales, el colapso de servicios y sobre la pérdida de la identidad barrial de los diferentes espacios que conforman cada comuna.
A medida que cada barrio fue afectado por la construcción desmedida de torres y edificios, muchas personas comenzaron a tomar conciencia como en Núñez, Belgrano, Villa Ortúzar, Colegiales, Caballito y Villa Devoto, empezaron a sumarse a este reclamo general. Más tarde Palermo, Villa Urquiza, Villa del Parque y Chacarita, también. Por esta razón, en las últimas semanas, el colectivo Amparo Ambiental Chacarita, presentó ante la Legislatura un proyecto de ley (Exp 1199-P-2023) para que se vuelva a los parámetros constructivos anteriores a la sanción del nuevo código urbanístico.
“Todo este movimiento comenzó cuando empezamos a ver que había muchas obras en construcción y muchos terrenos en venta. Este es un barrio con un paisaje de casas bajas. Antes se construían edificios de hasta tres pisos más uno de retiro, y ahora está habilitada la construcción de torres”, explica Malena Rimedio, integrante del Colectivo Amparo Chacarita. Los cambios en Chacarita no fueron paulatinos, en poco tiempo había muchas casas en venta, obras avanzadas y edificios nuevos. “Como ocurre en otros barrios, redujeron el pulmón de manzana y ahora permiten construir en las esquinas, esto está teniendo un impacto muy fuerte en el área y los vecinos se están movilizando cada vez más”, agrega Rimedio.
El proyecto presentado contiene tres puntos centrales: bajar las alturas de las nuevas construcciones, proteger el corazón, de las manzanas y limitar los usos. Éste último punto protegería al espacio público del descontrol comercial. “Chacarita es el barrio que elegimos para vivir, es el barrio que queremos como lugar de encuentros, que si lo llenamos de departamentos pequeños, difícilmente las familias podrían criarse como lo hemos hecho nosotros, y por lo tanto hay ciertas relaciones y lugares del barrio que van a ir desapareciendo”, analiza Lía Bachmann, también del colectivo.
Para Bachmann, otro punto importante es lo que ocurre con el agua. Con los años, el barrio de Chacarita dejó de ser un espacio inundable ante la aparición de diferentes precipitaciones, “pero en la medida que se construyan más edificios, que se pavimenten calles y terrenos que funcionan como suelo absorbente, habrá menos infiltración del agua y más escurrimiento y esto tiende a ir a las bocas de tormenta y a generar inundaciones”.
La resistencia vecinal de otros barrios logró poner coto a las construcciones, como por ejemplo en las Lomitas de Nuñez y en dos zonas de Belgrano: el Bajo Belgrano y el conocido como Barrio River. Si bien el proyecto de las y los vecinos de Chacarita ya se encuentra en la Legislatura porteña, ahora deberá transitar por las diferentes comisiones y llegar al recinto.
“Lo que preocupa en algún punto también es la escala, la velocidad en la que esto sucede y la cantidad de construcciones que hay en nuestro barrio, pero lamentablemente esto está sucediendo en todos los rincones de la Ciudad”, cuenta Vera Czemerinski. La vecina de Chacarita asegura que ya se está empezando a sufrir el colapso de los servicios, “la presión del agua que ya está bajando, los servicios eléctricos, porque para poder tener más presión de agua hay que poner más bombas que ayuden, y esto representa más consumo eléctrico. Todo esto repercute, más allá del funcionamiento de las eléctricas, en los cortes masivos de energía en toda la ciudad”, agrega y concluye: “hay un panorama general que nos preocupa y desde Chacarita lo que podemos hacer es el paso a paso local para resistir este avance”.
Desde Amparo Ambiental Chacarita están organizando distintas actividades para visibilizar la situación en el barrio. El sábado 10 de junio realizaron una caminata ambiental contra el avance inmobiliario, bajo la consigna "Te quiero verde, Chacarita".
Decenas de personas se dieron cita en la intersección de las avenidas Corrientes y Dorrego con el objetivo de recorrer el barrio, dar a conocer algunas especies de su flora y fauna, y denunciar la amenaza que sufre este entorno natural por el creciente y aumento de las edificaciones.
"Nosotros contamos o, mejor dicho, contábamos con gran cantidad de árboles y plantas nativas y exóticas. Con la pretensión de 'urbanizar', el nuevo código está haciendo un desastre a nuestro ecosistema", explicó Patricia, una vecina, frente a un mburucuyá, que sirve de alimento para abejas y orugas de mariposas espejitos, entre otros insectos.
Por el barrio se ven cada vez más pancartas colgadas de los frentes de las casas con el lema: "No al nuevo código urbanístico. Más verde, menos cemento". Ya hay más de 350 hasta el momento y cada vez se van sumando más vecinas y vecinos.