18 de junio 2022
UN CLASICO DEL BARRIO
La Gran Paternal tuvo su 9na. edición en la que participaron 200 artistas
Escribe: Dafne Strobino Niedermaier
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El sábado 28 y domingo 29 de mayo, de 16 a 20 horas, se realizó una nueva edición de La Gran Paternal (LGP) con una gran circulación de público. Durante ambas jornadas, 34 talleres (con 120 artistas residentes y 80 artistas invitados) abrieron sus puertas para mostrar y compartir tanto los procesos y formas de trabajo así como también obra terminada. También, como en ediciones anteriores se utilizó el espacio público como lugar para hacer performances e instalaciones.

La Gran Paternal (LGP) es una iniciativa autogestiva, nacida de las inquietudes de artistas que llevan a cabo su labor en el barrio de La Paternal. La primera edición se llevó a cabo en 2017, y desde entonces, cada taller, cada proyecto, propone facilitar un acercamiento directo entre artistas y el público para dar a conocer su espacio de trabajo y su obra. Además, como dice Juan Miceli, artista del colectivo, se va “formando una agrupación político-afectivo alucinante que se basa en el hacer, reflexionar y que excede muchísimo el evento LGP propiamente dicho.”

En esta 9na edición los y las artistas se sumaron al deseo de los vecinos y vecinas de volver a tener la estación La Paternal del ferrocarril San Martín. Mediante acciones artísticas y poéticas se subieron a ese tren que “Pasa pero no para”.

El contexto del taller sigue saliendo a las veredas y el arte impregna el barrio: una forma diferente de visualizar patrimonio material e inmaterial de La Paternal. Otra forma de mapear el territorio. Otra forma más de vincular arte, patrimonio y comunidad, en la ya clásica LGP.

Para la artista Laura Della Fonte que tiene su casa taller en el barrio y es parte del Proyecto Trasborde, “La Gran Paternal es un lugar donde el arte se cruza con la vida en un barrio de la Ciudad de Buenos Aires. Es la posibilidad concreta de que el arte incluya a la gente común y forme parte de la experiencia vital de las y los vecinos. Descubrir los talleres, circular por las calles con nuevos ojos, nos acerca a momentos de felicidad necesarios”.

En tanto Juan Miceli de Villa Z cuenta que “Me uní a LGP con mi taller en 2007, en la primera edición, sentimos una potencia tremenda al ponernos en red con la sorprendente cantidad de artistas que tienen su taller y/o viven en La Paternal. Por un lado, fue muy estimulante abrir los talleres al barrio y recibir visitas muy variadas, de gente súper interesada en ver y compartir procesos y haceres más allá de lo que se ve en espacios expositivos convencionales. Por otro lado, se fue formando una agrupación político afectiva alucinante que se basa en el hacer, reflexionar y que excede muchísimo el evento LGP propiamente dicho”. En Villa Z se pudo ver la obra de Mara Riviello López, Hernán Torres y el grupo del taller de des/normalización de la mirada.

Por su parte Edith D'Imperio de Caos Colectivo de Retrovisuales y también integrante de Proyecto Trasborde, explica que “Conocí LGP como vecina, paseando un domingo con mi madre. Así descubrimos un mundo de arte en fábricas, salas, talleres, cocinas y terrazas. El barrio que caminamos por cuatro generaciones, se nos develaba nuevo y maravilloso. Desde la siguiente edición fui parte, pintando las paredes de la casa familiar con luz de retroproyector. Allí luego nació Caos Colectivo de Retrovisuales y más tarde Proyecto Trasborde. La Gran Paternal nos reúne, nos divierte y nos demuestra que hacer juntes es mucho mejor”.

En esta oportunidad partimos de El Local, ubicado sobre la avenida Juan B. Justo al 4300, donde nos encontramos con un entusiasta Alejo Arcuschin, uno de los organizadores, que comentó la gran cantidad de gente que ya había circulado el día anterior. Allí se exponía “CRY Macho”, del artista Carlos Baragli y la vereda estaba intervenida por obras del mismo Alejo y de Rodrigo Noya.

Continuamos nuestro camino por Basilio, a una cuadra de distancia: Juan B. Justo 4228. En este edificio de tres plantas, conviven distintos artistas con sus estudios. Observamos obras de más de veinte artistas que se dedican a la pintura, la escultura y bordado.

Luego nos encontramos con Kurku, en Magariño Cervantes 1921, un taller de arte que abrió hace un par de años y dicta cursos para las infancias. Se estaba desarrollando una actividad con niñes que estaban disfrutando de la tarde de domingo.

Después nos fuimos a las inmediaciones de la cancha de Argentinos Juniors, en Santa Tela, en la vereda de Boyacá al 2000, había una muestra de arte textil, pintura y fileteado porteño d ela mano de las artistas Verónica Franco, Adriana Lavagnino y Claudia Bertola. Doblamos en la esquina de Juan Agustín García y nos encontramos con el proyecto La Casa Rodante en el que distintos artistas recorrieron con la casita y una cámara desde el interior el barrio. Ese registro fue proyectado en LGP.

Concluimos nuestro recorrido en la hermosa casa taller del artista Adrián Martínez Bojko, ubicado en Boyacá al 2200, donde expuso sus increíbles obras actuales.

Siempre es gratificante realizar estos recorridos y es muy inspirador conocer lo que sucede tras las puertas de nuestro querido barrio. Siempre conocemos espacios nuevos y gente realmente interesante.