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3 de Junio 2021
RINCON DE LOS RECUERDOS "LA PATERNAL"
"Palinque", institución dentro del barrio
Escribe: Angel Kandel
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Quienes peinamos canas, o lustramos calvas, siempre y por siempre recordaremos a "Palanique".
Él era una institución dentro del barrio dada su cercanía con José María Gatica, el "Mono Gatica" como no le gustaba que se lo llamase. Era su sparring, su acompañante de siempre, su incondicional amigo en las buenas y en las malas.
Palanique, como se lo conocía deformando su apellido Palatnik, había sido boxeador en su mocedad pero luego debió contentarse con ser asistente como sparring de otros boxeadores en ascenso hasta que llegó a Gatica.
Ver venir caminando a Palanique que, por los golpes recibidos en la cabeza en esos rings que no siempre le fueron propicios, habían dejado su secuela y lo veíamos venir caminando "haciendo sombra", esos movimientos de cintura y cabeza ante un rival imaginario.
Verlo y gritarle "Vení Palanique y contanos algo del Mono" era imán suficiente para que cruzase la calle, llegase a la ochava donde estaba sentada y asentada nuestra "sede social" y desgranase recuerdos que aún hoy están en nuestro recuerdo, resuenan en nuestro alma infantil.
"Cuando nos llevaba en su coche último modelo a Mar del Plata...", era una anécdota, "cuando cortaba el tránsito en Corrientes y Callao para mostrarse", era otra, "cuando...", tantos cuando que desgranaba Palanique que alimentaban nuestra fantasía por provenir de alguien tan allegado al ídolo inalcanzable para nosotros, chicos de barrio.
Nos hablaba de la pelea por el título mundial contra el campeón Ike Williams al que hizo caer en el primer round y luego el componente etílico lo hizo perder lo que hubiese sido el primer campeonato mundial de boxeo para nosotros.
En la película "Gatica, el Mono" quedó inmortalizado el ser y quehacer de Palanique pues ahí, en el personaje del "El Ruso" está él, personificado tal cual era, amigo que siempre lo acompañaba por encima de los avatares del momento.
Al morir en el desgraciado accidente vial, cuando ya Gatica transitaba la miseria vendiendo muñequitos en las canchas después de haber nadado en la abundancia, estuvo Palanique; cuando al cumplirse un año de la muerte del Mono nadie ya se acordó de él, sí estuvieron Palanique junto a la hija de Gatica, Eva.
Ahora este Palanique se iba haciendo sombra, esa sombra que quedó de un excelente ser humano que dentro de su formación supo valorar esa virtud tan difícil de ejercer que es la amistad.
Ahora Palanique se había bajado del ring y sus piernas no bailoteaban eludiendo al rival, ahora su piernas, aún fuertes o que sacarían fuerzas de flaqueza para poder conseguir el peso para el sustento diario, eran contratadas por la gente que quería rasquetear los pisos de madera para quitarles el viejo encerado y volcar uno nuevo, tan nuevo y brillante como fue el pasado del querido Palanique, "El Ruso" de película.