Se celebra del 10 al 17 de mayo en la Ciudad para concientizar sobre la importancia de la separación de residuos y su posterior reciclaje.
Comienza con la celebración del Día del Recuperador/a Urbano/a (12 de mayo), se conmemora cada año desde 2012, cuando se sancionó la Ley N.° 4.200 en la Legislatura Porteña.
A los siete días, cierra con el Día Internacional del Reciclaje, establecido (17 de mayo) por la UNESCO en 1994, fecha que tuvo origen en Estados Unidos y se extendió en una gran cantidad de países alrededor del mundo.
El objetivo de esta fecha es para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de separar adecuadamente los residuos, darles una nueva vida a los aprovechables y tener un consumo y producción responsable con el ambiente.
La adecuada disposición de residuos y el consumo sostenible son acciones fundamentales para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, que aumentan el calentamiento global, y disminuir la contaminación en el aire, el suelo y el agua. Además, la separación en la fuente puede contribuir al aprovechamiento de una gran cantidad de residuos en la generación de energía, fabricación de nuevos productos y elaboración de compostaje para la agricultura y jardinería.
El cambio de hábitos, la adopción de mejores prácticas, la corresponsabilidad y el trabajo articulado con todos los sectores de la sociedad son imprescindibles para lograr que se reduzca la cantidad de elementos aprovechables que llegan a rellenos sanitarios y se disminuya la contaminación en las fuentes hídricas y el aire.
En la ciudad de Buenos Aires
Como parte del compromiso del Gobierno de la Ciudad, se crearon las Promotoras Ambientales, quienes recorren los barrios para informar y concientizar a los vecinos sobre la importancia de la separación en origen de residuos.
En lo que refiere al Ministerio de Educación, desde hace más de 11 años, y a través del plan de Gestión Integral de Residuos, Escuelas Verdes promueve el consumo responsable, la separación en origen y la recolección diferenciada en las escuelas de la Ciudad.
Según encuestas y datos del plan de reciclaje en la ciudad de Buenos Aire el “BA RECICLA”, el 50% de los porteños ya separa la basura en la Ciudad y, un 20%, lo hace de vez en cuando. Para 2023, sostuvo la ministra de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad Clara Muzzio, la meta es que el 80% de los porteños separe sus residuos.
También destacó a los recuperadores urbanos, unas 6.500 personas que juntan los reciclables en las zonas más pobladas, “las estadísticas también son alentadoras. En marzo pasado, la cantidad de material reciclado alcanzó las 413 toneladas por día: un 58% más que en 2021”.
La Ciudad tiene previsto intensificar las fiscalizaciones e intimaciones a las administraciones de los consorcios y grandes generadores, como hoteles y restaurantes, para que cumplan con la separación en los edificios y dispongan correctamente los residuos en el espacio público, tal como lo establece la ley de Basura Cero.
De acuerdo con los datos oficiales, el incumplimiento en los edificios inspeccionados fue del 20% en que se cumpla el uso del doble cesto para residuos secos y para húmedos. Más adelante el GCBA controlará la inscripción en el Registro de Grandes Generadores de Reciclables sección Secos y el contacto del consorcio con la cooperativa de recicladores urbanos.
¿Realmente sabemos cómo separar los residuos en casa?
Los residuos reciclables son los envases de plástico, vidrio, papel o metal. Tenemos que identificarlos, lavarlos y secarlos como cuando lavamos la vajilla. Ya secos, se coloca en los contenedores verdes, puntos verdes o se puede entregar en mano a un recuperador urbano. Estas personas lo llevan después a los centros verdes, o centros de reciclaje, donde los residuos son separados y clasificados para enviarse a las empresas que reciclan.
¿Por qué es esencial lavar y secar bien estos envases? Si estuviesen sucios, traería bastantes problemas a nivel respiratorio para los trabajadores de los puntos verdes y sería un ambiente mucho más desagradable para trabajar.
Una vez que las cooperativas tienen todo bien separado, lo enfardan, es decir, forman un cubo grande con cada material concretamente seleccionado y lo venden a las empresas recicladoras, que lo transforman en materias primas o directamente en productos.
La sustentabilidad como una prioridad para las empresas
En este proceso, cada industria puede requerir a la cooperativa que la separación se haga por tipo de plástico o por tipo de envase. La creación de envases hechos a partir de materiales reciclados es una de las formas que tienen las empresas de reducir su impacto ambiental.
Estos cambios llevan su tiempo, necesitan adaptación, desarrollo, y por lo general las empresas se ponen metas progresivas y razonables para que los objetivos sean alcanzados, se vayan midiendo a sí mismos, y puedan verse las mejoras que traen consigo, fundamentalmente con lo relacionado al impacto ambiental.
¿Qué ocurre cuando no separamos bien los residuos?
Separar bien los residuos es esencial para su correcto reciclaje, pero hay muchas situaciones en las que no se hace adecuadamente y van a parar al CEAMSE: a un relleno sanitario donde los residuos son enterrados de manera controlada. Sin embargo en este proceso contaminan el aire, a través de gases de efecto invernadero, y si no se controlan a la perfección también pueden contaminar el suelo y el agua de la zona.
Actualmente existen cinco islas de plástico en el mundo. La más grande tiene el tamaño de media Argentina. Estas perjudican a más de 600 especies marinas, ya sea porque quedan atrapadas en redes de pesca y terminan agonizando en el lugar, o ingieren los plásticos de menor tamaño hasta que se acumula en los cuerpos y mueren.
En estos casos, los plásticos pequeños, llamados microplásticos, quedan suspendidos en toda la columna de agua, y los más pesados quedan en el fondo. Además, pueden liberar distintas sustancias tóxicas.