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7 de Abril 2020
CONTINUAR A PESAR DEL CORONAVIRUS
El teletrabajo o Homeoffice
Escribe: Nadia Brenda Salva
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Todo cambio lleva un quiebre y el avance de esta nueva Pandemia no es un tema aparte. Somos testigos de la paranoia provocada por la errónea información en las redes (fake news) y la sobre información difundida en los noticieros. Hemos escuchado verdaderas exageraciones, como llegar de comprar algo en la verdulería y estar 45 minutos debajo de la ducha para quitar todo posible virus prendado en la piel. O el sólo hecho de embadurnarse hasta la coronilla con alcohol en gel.

Después de la correcta medida del Estado de cerrar por un tiempo sus puertas al público, léase teatros, escuelas, centros culturales, cerrar las fronteras y permanecer en cuarentena, siempre hay nuevas formas de actuar a causa de algo tan estresante como una enfermedad viral y con alto grado de mortalidad como es hoy el Coronavirus.
El teletrabajo (Homeoffice) es una de las modalidades que se ha implementado con éxito para evitar la ausencia al lugar físico de trabajo, pero protegiéndonos en nuestro hogar de cualquier eventual contagio. Esto consiste en manejarse desde casa como si fuese la oficina. Frente a la computadora, conectados a Internet y con videollamadas. Sería muy parecido a los trabajadores independientes (freelance) con su pequeña empresa trabajando desde casa.
Uno se pregunta, ¿Cuán efectivo es esto de trasladar el trabajo de oficina a casa? Es tan efectivo o más que estar fuera de nuestro techo. Porque el descanso lo toma uno, porque la comodidad del sólo hecho de estar vestido como uno quiere es impagable, y las pequeñas comodidades hacen que el trabajo esté mejor hecho. El caso más cercano de la implementación del teletrabajo son las mujeres empleadas que están pasando por un embarazo. Hay muchas mujeres que han dejado de ir al trabajo sólo por resguardar su salud y la de su bebé, y que optan por continuar su actividad laboral desde casa, desde la computadora.
Si bien la comodidad y la libertad de acción priman en esta forma de trabajar, la responsabilidad es aún mayor. No hay nadie que controle las 8 ó 9 horas de trabajo debajo de nuestro techo. Todo ello recae bajo nuestra absoluta responsabilidad. El compromiso de sentarse frente a Internet y de llenar una planilla, o tomar el teléfono y continuar con las relaciones públicas, ante la tentación de prender la TV, Instagram y Netflix, está bajo nuestro criterio. En el teletrabajo somos nuestros propios jefes. Una vez por semana, cuatro veces al mes, el encuentro con el verdadero empleador es una cita inminente. Momento en el cual se presenta y se balancea todo el trabajo de nuestra mano de obra, y nuestro desempeño en el mismo. Es esa especie de reuniones que se hacen para y con el personal de una empresa, para informar como va todo en determinado período del tiempo.
Esta modalidad llamada teletrabajo, en varios puntos del mundo, ya es una tendencia puesta en práctica y que rinde sus frutos. Es una nueva cultura del trabajo, donde predomina mayor responsabilidad sobre uno mismo, y mayor libertad de acción. Más comodidad, y menos exposición a tumultos, congestión pública, tediosos viajes al punto congestivo de la ciudad, menos contagios, y por ende, parece ser que menos stress.
Por lo tanto a salvo del Coronavirus en casa, adaptándonos a una nueva vida laboral junto a las tareas de la casa, la convivencia con la familia y la tarea de los chicos.