Con la llegada del otoño y las primeras bufandas, también se activa una de las medidas de salud pública más importantes del año: la campaña de vacunación antigripal 2025. Tanto a nivel nacional como en la Ciudad de Buenos Aires, los esfuerzos ya están en marcha para proteger a la población más vulnerable antes de que el virus de la gripe empiece a circular con más fuerza.
Según informó el Ministerio de Salud de la Nación, Argentina adquirió 8.610.000 dosis de vacunas antigripales para este año. ¿Cómo se reparten?
5.150.000 son dosis generales de antigripal.
2.300.000 son adyuvantadas, destinadas especialmente a personas adultas mayores.
1.160.000 son pediátricas, para niños y niñas.
Desde el 3 de marzo comenzó la distribución en todo el país.
La gripe es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que, aunque suele causar síntomas leves, puede derivar en cuadros graves que requieren internación e incluso pueden ser mortales, especialmente en personas de riesgo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima entre 3 y 5 millones de casos graves de influenza por año en el mundo, con hasta 650.000 muertes.
Vacunarse no solo protege a cada persona, sino que ayuda a cortar la cadena de contagios. La vacuna antigripal es gratuita y forma parte del Calendario Nacional de Vacunación, y no requiere orden médica, salvo en ciertos casos con factores de riesgo.
La Ciudad de Buenos Aires ya lanzó oficialmente su campaña. Los turnos pueden obtenerse a través de la página web del Ministerio de Salud porteño o por WhatsApp escribiendo a BOTI (115050-0147).
La vacunación se realiza en CeSACs, hospitales y otros espacios como el Centro Islámico y el Corralón de Floresta, para facilitar el acceso.
La prioridad la tienen los siguientes grupos:
Niños y niñas de 6 a 24 meses (y de 2 a 3 años con factores de riesgo).
Embarazadas y puérperas (hasta 10 días después del parto).
Adultos mayores de 65 años.
Personas de 3 a 64 años con enfermedades crónicas o condiciones priorizadas.
Incluyen, entre otros:
Enfermedades respiratorias o cardíacas.
Diabetes, obesidad, enfermedades renales.
VIH/SIDA o inmunodeficiencias.
Tratamientos inmunosupresores o enfermedades oncológicas.
Convivientes de personas inmunosuprimidas o bebés prematuros.
Trastornos neuromusculares o genéticos con compromiso respiratorio.
En caso de pertenecer a alguno de estos grupos, se debe acreditar la condición con receta médica o documentación pertinente.
Además, para quienes tienen limitaciones severas de movilidad, existe la opción de vacunación domiciliaria llamando al 147.
La campaña también busca reducir la saturación del sistema de salud durante los meses críticos de infecciones respiratorias (entre abril y julio), donde suelen crecer las internaciones, tanto pediátricas como en adultos.
En paralelo, se recuerda también la importancia de aplicarse la vacuna contra el neumococo, especialmente en personas mayores de 65 años y en quienes padecen enfermedades crónicas o inmunodeficiencias, para prevenir complicaciones graves como la neumonía.