El corazón de La Paternal late al ritmo del rock, y la plaza del barrio fue testigo de un momento emotivo que reverberó en cada nota de guitarra y en cada mosaico de un mural. En la cálida tarde de un domingo, la Plaza Roque Sáenz Peña, más conocida como la plaza de Pappo (Av. Juan B. Justo y Boyacá) se vistió de nostalgia y gratitud para rendir tributo a una leyenda del género: el inmortal Pappo.

El arte se erige como un puente entre el pasado y el presente, y en esta ocasión, el mosaiquista del Rock, Osky Di Biase, emprendió un viaje al corazón del recuerdo con su obra titulada "Quizás mañana". Un mural que no solo captura la esencia del legendario Carpo, sino que también celebra su legado.

Acompañado por Liliana Napolitano (hermana del músico), Fernando Fernández, La Patota del Blues y el Taller de la Escuela del Sur; Di Biase dio vida a esta oda al rock argentino en uno de los frentes del paredón de la calesita de la icónica Plaza de Pappo, en la esquina de la calle Remedios de Escalada de San Martín y Andrés Lamas. En este encuentro, donde la música y la memoria se funden en armonía, destacados músicos honraron con sus interpretaciones en vivo.

Detrás de cada obra hay un sueño de quienes aman y respetan la música. La idea de este mural germinó hace más de dos años en la mente de Fernando Fernández y La Patota del Blues. Con el apoyo y entusiasmo de Liliana, el proyecto cobró vida. Los fanáticos y amigos se unieron a este gesto de amor y gratitud a través de una cuenta en Mercado Pago, para reunir fondos para comprar los materiales y poder realizar la obra.

Al contemplar el mural, se percibe más que una simple imagen; es un portal que nos transporta a los días de gloria del rock argentino. En una esquina de la plaza, la silueta de Pappo, con su característica cintura quebrada, parece observar con ternura a los niños que juegan y a los fanáticos que lo recuerdan con cariño y admiración.

Detrás del mosaico y la música late el alma de un hombre cuya pasión por el arte y el rock trasciende. Osky Di Biase, conocido como el "Muralista del Rock", ha dedicado su talento a retratar con mosaicos a las figuras más emblemáticas del rock argentino. Lo que comenzó como un hobby se convirtió en una vocación, en un homenaje vivo a través del arte.

Di Biase llevó su arte al lado de Lilian Clark y Laura Cerati, regalando un mosaico a Gustavo Cerati en un momento crucial de su vida.

El mural de Pappo no es solo un tributo a una leyenda del rock argentino; es un recordatorio de que la música trasciende las barreras del tiempo y del espacio. Es un canto de gratitud a un hombre cuya guitarra sigue resonando en cada rincón del país. Es, en definitiva, un homenaje merecido a un ícono eterno del rock argentino.