22 de Febrero 2025
RINCON DE LOS RECUERDOS
Escribe: Angel Kandel
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En la actualidad estas palabras las usamos para cuando un arquero de fútbol sale del arco a atrapar una pelota y queda desairado por una fallida salida en la que no consigue su objetivo.
Antes, hace décadas, en las vacaciones de verano, en las soleadas mañanas y tardes del querido barrio, amén de jugar al fútbol o con los autitos de carrera rellenados con masilla para su mejor estabilidad o demás juegos, salíamos a cazar mariposas.
Eran días en que el sol, amén de su luminosidad venía acompañado por nutridos enjambres de multicolores mariposas.
Si multicolores pues las había blancas, "las lecheras" que eran las más comunes; amarillas, "las limoneras"; las anaranjadas hasta llegar a las más esperadas por "difíciles" por lo poco común, las de la familia de "las galeras" que si eran grandes eran "los galerones". "Vamos a cazar mariposas" era la sugerencia de algún aburrido pibe y allí íbamos todos con rama pelada en mano y nos distribuíamos estratégicamente en la calzada, de tal forma que si una pobre mariposa llegaba a esquivar el primer ramalazo, ya estaba el siguiente a su espera.
¡Pobres mariposas!!!, así se siente a la distancia de más de siete décadas, pero en ese momento a ese "vamos a cazar mariposas" se sucedía el treparse a un árbol, cortar una rama, "pelarla" de hojas y así quedaba lista nuestro arma.
El porqué y el para qué ni lo sabíamos ni nos lo preguntábamos, sólo se creía que llevando el polvo de las alitas a la farmacia nos pagarían, pero nunca lo hicimos, sólo era interrumpir el vuelo de esos colores zigzagueantes que acompañaron nuestros veranos de antaño.
"Salí a cazar mariposas", palabras que aún resuenan en quienes, lamentablemente, lo hicimos en esos días soleados de nuestra hermosa niñez.