7 de febrero 2024
LA PATERNAL Y VILLA GRAL. MITRE SE QUEDARON SIN CORSOS
Con recortes, se realiza el Carnaval Porteño
Escribe: Dafne Strobino Niedermaier

 

 

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A pocos días del inicio del Carnaval Porteño, que comenzó el sábado 3 de febrero y continuó a lo largo de los fines de semana de febrero junto con los feriados del lunes 12 y martes 13, la comunidad murguera se manifestó en "estado de alerta y movilización" frente a la decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de recortar el festejo popular a solo 15 corsos y a más del 40% los cortes en las calles en relación al año pasado.

"El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, decide darle la espalda a su pueblo. Organizamos un plan de acción frente a la intención del recortar esta fiesta que es un lugar histórico de resistencia cultural y popular, siempre se ha caracterizado por eso", manifestó Felipe Fiscina, director del centro murga Los Arlequines de la R y uno de los delegados de las murgas porteñas, un entramado conformado por 130 agrupaciones y 15.000 personas.

“El año pasado hubo cuatro jornadas de corsos que los terminaron censurando vía el Ministerio de Seguridad, dos de Saavedra, uno de Piedrabuena y uno de Barracas. Es decir, ya habíamos tenido ese conflicto. Y este año la nueva gestión recién nos recibió el 15 de enero para organizar los carnavales que arrancaron el 3 de febrero”, contó Fiscina.

"Nos quieren reducir a corte de calle y es algo que estamos repitiendo mucho porque así anuncian los festejos del carnaval, no que comienza la fiesta más grande de la cultura en la Ciudad de Buenos Aires, nos anuncian como cortes de calles. Es todo tan absurdo, tan ridículo y triste porque nos ponen a debatir sobre los cortes de calles, y los corsos no somos un corte de calle, somos un desvío de tránsito por un evento cultural, así como cuando hay un partido de fútbol, se realizan por un evento deportivo, o cuando la Ciudad organiza el mundial del asado sobre la avenida 9 de Julio”, se quejó Fiscina.

“Para nosotros volver a festejar el carnaval es una alegría inconmensurable, nos gusta mucho salir a la calle, divertirnos con nuestros vecinos y vecinas, con nuestros propios compañeros de la murga. Es algo para lo que nos preparamos todos los años y no vemos la hora de que llegue febrero”, explicó Fiscina.

Los corsos en calle fueron en los barrios de Boedo, Mataderos, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Saavedra, Villa Crespo, Pompeya, Caballito y Villa Lugano. En tanto, los cinco restantes se hicieron en plazas y parques como el Anfiteatro de Parque Lezama (San Telmo), Plaza Ricchieri (Villa Devoto), Plaza Unidad Latinoamericana (Palermo), Plaza Unidad Nacional (Villa Lugano) y Plaza Martín Fierro (San Cristóbal). Si estás buscando a La Paternal o la Plaza de Pappo, no los vas a encontrar, este año el Gobierno de la Ciudad nos dejó sin corso en nuestros barrios.

El más cercano fue el histórico corso de Plaza Irlanda, al que concurrimos el domingo 4 y donde se presentaron Los Dementes de la Quema de Parque Patricios, Los Cachafaces de Colegiales, La Redoblona, El Rechifle de Palermo y Al Ritmo de la Banda, también hubo un espectáculo de tango.

Nos llamó la atención la fuerte presencia policial que hubo durante el corso y las amenazas continuas por parte de inspectores enviados por el Gobierno porteño de que se suspendía el evento ante distintas cuestiones como el clima, que tuvieron que sufrir los organizadores durante las jornadas, generando un clima hostil en lo que debería ser una fiesta popular.

Germán Delgado director del espacio cultural El Hueco de La Paternal y miembro de la murga estilo uruguayo Lagamur del Rioba nos contó que “Este año Lagamur acompañó fuertemente al corso histórico de Plaza Irlanda” que se desarrolla desde el 2008 sobre la calle Seguí entre Neuquén y avenida Gaona, en el barrio de Caballito.

Delgado nos explicó que “tras la negociación entre los delegados de las murgas y los funcionarios Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad, cuya tarea es organizar el carnaval porteño, quedaron en pie en el distrito solamente quince corsos, trece menos que el número autorizado en la edición pasada”.

La subsecretaria de Gestión Cultural, Alejandra Cuevas, y el gerente operativo del área fueron quienes convocaron tardíamente a las murgas, que desde 1997 son Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Para este año, las murgas porteñas acercaron una propuesta de 28 corsos y el Gobierno porteño los recortó a quince.

“El nuestro no tenía tanta historia, pero cayeron corsos emblemáticos como el de La Redoblona de FM La Tribu, que se hacía desde hace 26 años y no lo autorizaron”, continuó Delgado, “No pudimos hacer nuestro corso sobre la calle Maturín, pero colaboramos con el corso de Plaza Irlanda para que salga de la mejor manera posible”.

Delgado dice que esta situación se inició con el anterior jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, pero que no lo pudo implementar por la llegada de la pandemia y que después hubo mucha presión popular para que el Carnaval Porteño vuelva a las calles. “Pero en su campaña, Jorge Macri prometió erradicar los carnavales. Claramente no lo pudo hacer y no lo va a hacer, pero a nivel de presupuesto y de autorizaciones achicó mucho. A mitad de enero, se plantaron en que iban a ser quince corsos y los que ellos elijan”.

“Vamos a resistir. Esto nos agarró de improviso, pero la idea es laburar todo el año para poder proponer mejores cosas en el próximo Carnaval”, concluye Delgado.

Este feroz recorte de las jornadas de Carnaval también afecta a miles de trabajadores y trabajadoras que cada año esperan con entusiasmo los festejos de Carnaval para tener otros ingresos, mejorar sus ventas y generar más puestos de trabajo. Los carnavales porteños generan miles de puestos de trabajo por año en el sector de transporte, gastronomía, industria textil, bronce, en los diferentes oficios que abarca a los confeccionistas de trajes, artistas plásticos, entre otros.

“Las principales Ciudades del mundo celebran el carnaval generando turismo, trabajo, lazos sociales y poniendo en valor sus tradiciones y expresiones artísticas sin censura. Acá nuestros gobernantes no quieren trabajar, excusándose en desvíos de calle de dos cuadras donde a nadie se le impide llegar a su destino”, analiza Verónica Mariño, directora del Centro Murga Los Elegidos del Dios Momo de Saavedra.