El miércoles 3 de enero tuvo lugar la primera asamblea del barrio de la Paternal, a las 19 horas, en la intersección de las avenidas San Martín y Juan B. Justo, sobre la calle Paysandú. Entre cien y doscientos vecinos y vecinas del barrio se reunieron para debatir cómo enfrentar las políticas que quiere llevar adelante el nuevo gobierno de Javier Milei.
Previamente, el 20 de diciembre, en conmemoración al 20 y 21 de diciembre de 2001, se realizó un cacerolazo donde miles de trabajadores del barrio se reunieron ahí mismo para protestar contra el DNU del gobierno nacional. Luego, la columna partió a pie hacia el Congreso con unas tres cuadras de manifestantes que se sumaron a las decenas de miles que esa noche tomaron las calles y rodeando el parlamento, a pesar de las amenazas del protocolo anti protesta de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
En la asamblea se votó, entre otras medidas, sostener la convocatoria de la asamblea y el posterior ruidazo los miércoles a las 19 horas, y movilizarse el 24 de enero en el marco del paro general convocado por las centrales de trabajadores la CGT y la CTA. También se votaron iniciativas como volanteadas en el barrio para difundir y masificar lo más posible esta instancia de organización y deliberación colectiva, así como también participar de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo los jueves.
En la asamblea se escucharon a trabajadores de la salud, de la educación, de la cultura, estudiantes, jubilados, comerciantes barriales y de muchos otros sectores en rechazo a los aumentos de tarifas y en el transporte que sufre la ciudadanía tras el DNU y el proyecto de Ley Ómnibus del presidente Javier Milei.
La asamblea de La Paternal se suma a otras tantas asambleas barriales que surgieron o se reactivaron en estas semanas.
"La situación económica la veo malísima. Están haciendo un recontra ajuste y, básicamente, están sacando a todos los trabajadores y los pobres para darle a los que más tienen como los empresarios. Cada vez alcanza menos el sueldo", explicó un docente que aseguró que trabaja a doble turno.
Por su parte, una vecina calificó como "un desastre" ya que "hay una crisis económica terrible: una va a la verdulería y un kilo de tomates cuesta 1.500 pesos. ¡Es una fortuna! El día a día se te hace costoso".
"Lloro todos los días porque está todo para el diablo y están entregando al país. Hay cosas que no se vuelve atrás. Ahora aumentó todo y no van a retroceder los precios. Duele la perversidad que hay, el egoísmo y la falta de solidaridad. El país ya estaba mal, pero no se tocaban los derechos", expuso otra vecina.
Durante la asamblea, una joven expuso el objetivo del encuentro: "Nos juntamos porque estamos en contra del DNU de Milei, de la Ley Ómnibus y de gobernar bajo decreto. Consideramos que la democracia es parte fundamental de nuestra sociedad. ¡Claramente hay un descontento popular!".
Por su parte, un vecino aseguró que la gestión de La Libertad Avanza es "un desastre en todos los planes" debido a las determinaciones que se tomaron en las últimas semanas. Además, resaltó que espera que los dirigentes acompañen a la ciudadanía: "El hecho de que la gente salga a la calle es lo que hará que los dirigentes se pongan un poco a la cabeza y podamos resistir esto, que es una entrega".
Sábado de por medio hay una asamblea de asambleas en Parque Centenario. A un costado del mástil, con dos parlantes, un micrófono y una mesita donde apoyar volantes, se juntan vecinos y vecinas de unas treinta asambleas.
El abogado Jonatan Baldiviezo, fundador del Observatorio del Derecho a la Ciudad, integra la asamblea de asambleas. Cuenta que ya hicieron tres encuentros y estima que existen unas treinta asambleas en la Ciudad y otras treinta en conurbano bonaerense.
"Lo que consensuamos hasta ahora es una línea de acción para rechazar el DNU y la Ley Ómnibus, medidas con las que el Presidente busca la suma del poder público", define a Página 12 Baldiviezo. Agrega que el rechazo se extiende a la desregulación de la economía y a la pretensión de Milei de eliminar derechos laborales y sociales, "derechos que fueron construidos por generaciones".
Baldiviezo añade que las asambleas "también son espacios de reflexión sobre objetivos a más largo plazo, con respecto a las debilidades institucionales que tenemos en la Argentina". Concretamente, para que “la democracia representativa se democratice, que tengamos una democracia más profunda y que caminemos o transicionemos hacia una democracia participativa”.