Visitas:
7 de Febrero 2021
RINCON DE LOS RECUERDOS
Una esquina muy especial
Juan Rico nativo del barrio La Paternal
Residente del taller Literario María Elena Walsh coordinado por Susana Verdum - Centro de Jubilados Liniers Sur

Copyright © 2013 nuestrobarrioweb.com.ar - Medio Digital Comuna 11 y 15 – Todos los Derechos Reservados
Se habrán imaginado en algún momento de sus vidas, tanto política como militar, por las cuales fueron reconocidos, que los vecinos de un barrio porteño, los usarían para nombrar a una ochava de ese mismo barrio y convertirla en su ícono geográfico.
Una esquina común, barrial, que aglutina en sus alrededores los principales comercios atendidos por sus dueños, que permitían cubrir las necesidades básicas familiares, con las respectivas paradas de los colectivos, para ir al centro o arrimarte al subterráneo.
En una de sus esquinas un café, de esos barriales, de antaño, con tinte intelectual, con un reservado para los enamorados. En su puerta principal y sobre la vereda, el clásico buzón, un pequeño monumento primer punto de reunión, esperando el arribo de todos los festejantes de una noche más.
En diagonal cruzando la calle, la farmacia de Don Pablo, que además cumplía las funciones de asesor de salud, de enfermero y por supuesto de vecino. En la otra esquina una casa de materiales de construcción, con amplios ventanales, que a la tarde noche eran utilizados de apoyo por Don Diego, el canillita que vendía los dos diarios vespertinos de la época, siempre nos permitía hojearlos, debíamos soportar previamente sus quejas por esta acción.
El paso siguiente de estos lectores de reojo era cruzar la calle e ir a otro café sobre mitad de cuadra, que a diferencia del bar intelectual, éste se caracterizaba por los juegos de naipes, dados y los billares con sus distintas características.
De inmediato se formaban los equipos para los correspondientes desafíos, el premio consistía en que los perdedores pagaran la consumición de todos y soportaban las cargadas de los ganadores, que en general carecían de creatividad. Los vicios más comunes, el consumo de cigarrillos, una cerveza compartida.
Finalizada la competencia, tanto ganadores como perdedores se amuchaban en una mesa café por medio, el momento intelectual, era la hora de demostrar que cada uno era el que más conocía, del tema que se trataba, así opinabas como el mejor Director Técnico de Fútbol, el mejor Presidente, hasta te convertías en el padre ideal. El único acuerdo al que se llegaba era no arribar a ninguna conclusión y esto permitía seguir los temas indefinidamente, día tras día hasta el agotamiento. Por supuesto otro tema central muy importante eran las historias de noviazgo y romances. Por supuesto elogiar a las señoritas deseadas por hombres de otros barrios. A ellas también les correspondía la ochava del abogado y el militar, sólo que en esa época vivían prohibiciones por parte de sus padres y estos no les permitían compartirla.
Así, noche tras noche se enriquecieron esas paredes, incrementando la biblioteca invisible que habían comenzado los jóvenes de la generación anterior, que sólo pueden leer quienes participaron en su construcción y se luce en la intersección de Alvarez Jonte y José de Artigas.