Gracias al Ferrocarril, en La Paternal se desarrolló la industria vitivinícola. De cuyo a la Capital Federal el Ferrocarril Buenos Aires al Pacifico y luego de 1948, el San Martín, traía el vino a Granel en sus vagones tanques hasta algunos puntos ferroviarios como Sáenz Peña, La Paternal y Palermo. El vino era descargado y por medio de vinoductos distribuido a edificios donde era embotellado. En 1984 la aparición de la ley 23.149, obligó al envasado en la zona de origen. Al año siguiente los vinos despachados a granel representaban menos de la mitad del total. Comienza la decadencia de nuestras bodegas y del servicio de cargas ferroviario hacia nuestro barrio.
De la playa de cargas de La Paternal, se desprendía un desvío que cruzaba la calle Espinosa (Todavía se ven las vías) hacia una de las bodegas asentada en lo que fue una de las primeras canchas de AAAJ.
En La Paternal teníamos la Giol con su Vino Toro, La Tomba, la Crespi, Gargantini, Escorihuela, entre otras: sobre la avenida Warnes, Espinosa, M. R. Trelles, Añasco, Maturín, Arregui y la avenida San Martín se encontraban estos establecimientos que hoy son cáscaras vacías en venta, depósitos de Supermercados, templos evangélicos o sucursales de transportistas.