Desde hace mucho tiempo, febrero en la ciudad, nos ofrece la posibilidad de celebrar el carnaval, este año con 34 corsos que conforman este gran festejo. Por distintos barrios se despliegan los corsos, por los cuales desfilan agrupaciones con marcada identidad barrial. Este año La Paternal tendrá dos escenarios: en Av. Álvarez Jonte y Terrero, y en la Plaza Roque Sáenz Peña de Av. Juan B. Justo y Boyacá.
Abrazados por el buen clima veraniego la gente sale a la calle en familia, con amigos y vecinos. A medida que la muchedumbre se va formando, los pomos de espuma blanca van perdiendo la timidez. Entre carcajadas, charlas y juegos las tardes noches carnavalescas van tomando color y forma.
A lo largo y ancho de la ciudad pululan espacios (plazas, clubes de barrio, anfiteatros y esquinas) donde disfrutar de shows, danzas y espectáculos musicales de tango, folclore, cumbia, salsa o candombe. Estas propuestas y actividades recreativas son el complemento de cada jornada de carnaval pues el corazón, el eje central, de cada corso es el desfile de las murgas; en esta edición desfilaran 111 murgas y más de 10.500 murgueros. Estas, expresión de la cultura popular y barrial, acaparan la atención y miradas gracias a los distintos lenguajes de los que se sirve para manifestarse. En sus actuaciones conviven lo corporal, la música, la palabra y la plástica.
Sobrevolando la ciudad nos encontrarnos con corsos diseminados por distintos barrios: El Anfiteatro del Parque Lezama en San Telmo, el Anfiteatro Piedrabuena en Villa Lugano, el Polideportivo de Colegiales y el Polideportivo 9 de Julio en Barracas son algunos de los lugares que serán sede de esta fiesta cultural.
Uno de los lugares emblemáticos será la Av. San Juan y Boedo, que aloja a uno de los corsos con más trayectoria en el mundo del Carnaval. Otros puntos destacados serán: Scalabrini Ortiz y Padilla en Villa Crespo, Av. Triunvirato y Monroe en Villa Urquiza, la intersección de Fernández y Directorio en Parque Avellaneda, y el cruce de Alberdi y Escalada en Mataderos.

Durante siglos el carnaval ha sabido ser el mito y rito en donde confluyen la exaltación y la abundancia, donde se asiste a la jocosa inversión de todos los valores; contraponiéndose de esta forma al dogmatismo y a la seriedad de la cultura de las clases dominantes. La esencia del carnaval siempre radicó en su potencia para, en medio de una fiesta, anular cualquier tipo de jerarquía que, en la confraternidad que propicia la risa, incluya a todos. Cualidades estas que nos acercan más a una sociedad utópica: esa comunidad sin estratos sociales y sin excluidos; donde todos comen, todos beben, todos bailan sin importar quién sea o qué tenga.
Por todo lo esbozado hasta aquí, aparentaría ser lícito sostener que el carnaval está más en relación directa con lo que ocurre y se expresa en los corsos callejeros. Siendo, en consecuencia, expresividad de una cultura subalterna o de las clases populares, y no de una cultura hegemónica o de las clases dominantes.

Mejoras en la organización
Esta edición cuenta con la presencia de 111 murgas y más de 10.500 murgueros. Además, hay 9 corsos más que el año anterior: serán un total de 34, distribuidos en distintos puntos de la ciudad.
Al igual que el año pasado, el Carnaval tiene la mejor infraestructura: 22 corsos con ofertas gastronómicas, mejor sonido, puesta escénica, baños químicos y vallado. La seguridad es otro de los ejes fundamentales, ya que hay más vallados y personal de prevención para garantizar una mejor circulación del público y los desfiles.

Corsos y Horarios
Hasta el 25 de febrero, sábados, domingos y feriados de carnaval (se suspende por lluvia y no se reprograma)
Sábados de febrero: 19 a 02 hs. y domingos de febrero: 19 a 00 hs.
Lunes 24/2: 19 a 02 hs. / Martes 25/2: 19 a 00 hs.
Festejo Avenida de Mayo 24 de febrero, de 16 a 22