En el año 2023 se hizo el anuncio de la refacción y ampliación del estadio “Diego Armando Maradona”, casa del primer equipo de Argentinos Juniors. Además de la reasignación de ciertos sectores como la platea alta de la calle Gavilán, llamó la atención lo que se proyectó para el sector recostado sobre la calle San Blas. Ese lugar no posee tribuna desde fines de la década de 1960 y no se la incluyó en la reconstrucción del estadio de principios de este siglo. Ahora, habiendo obtenido el permiso por parte del Gobierno de la Ciudad, se volverá a construir allí una tribuna popular para aumentar la capacidad del estadio y brindar mayor comodidad a los simpatizantes.
Sin embargo, durante un buen tiempo existió una pequeña tribuna en aquel sector. El viejo estadio de tablones se fue construyendo por etapas con los materiales utilizados en el antiguo predio de Avenida San Martín y Punta Arenas. Hacia finales de la década de 1940 se construyó una estructura que contaba con apenas un puñado de tablones y a la que se accedía por un portón ubicado en la esquina de San Blas y Boyacá. Todo fue realizado por el compromiso y el esfuerzo de hinchas y socios, que colaboraron desinteresadamente para agrandar el estadio. Era el lugar preferido para ver los partidos por muchos niños, que estaban bien cerca de la acción y en un sector más ameno que la tribuna popular. Fuera de los días de partido era un lugar de juego, al que algunos pícaros pibes entraban sin permiso para divertirse sanamente en el ámbito del club. Hay quienes comentan que se la llamaba “tribuna River Plate”, ya que las maderas empleadas para construirla eran rezagos del viejo estadio de Alvear y Tagle del club “millonario” que fueron donadas a nuestro club.
Sin embargo, hacia fines de los años sesenta la cosa cambió. Para entonces, el campo de juego de nuestro estadio era el de menores dimensiones de la primera división. Esto motivó la protesta de un equipo visitante y la consecuente visita de una inspección oficial de la AFA. Allí se descubrió que el gramado tenía dimensiones inferiores a las reglamentarias (su largo apenas llegaba a los 90 metros, muy por debajo de los 100 que son el mínimo según la International Football Association Board). Por tal motivo, el club fue intimado a aumentar el largo del terreno de juego. La consecuencia de no cumplir con ello sería la pérdida de la localía.
Esa fue la razón por la que se demolió esa tribuna en el verano de 1970. Era la única alternativa posible a un destierro que igualmente llegaría años después. Nuevamente, un grupo de socios se dio a la tarea de demoler lo que otros habían construido algunos años atrás para dar cumplimiento a la orden de la casa madre del fútbol argentino. Una vez eliminada la tribuna, el campo de juego incrementó sus dimensiones en diez metros, alcanzando el mínimo reglamentario que ostenta desde entonces y a pesar de que en la opinión pública se siga acusando a nuestra cancha de ser pequeña (habiendo otras de menores dimensiones en la divisional). En aquel sector se construyó un paredón blanqueado a la cal. Entrados los noventa, cuando se demolió el viejo estadio, se quiso construir allí un sector de palcos y plateas preferenciales de estilo similar al del estadio de Boca Juniors. Sin embargo, por entonces no se pudo obtener el permiso de obra por parte del gobierno metropolitano y el proyecto quedó en la nada. Actualmente, han comenzado las obras para construir tres niveles de tribuna popular con el aval de la legislatura porteña. Luego de muchos años, nuestro estadio volverá a tener tribunas en los cuatro costados.