5 de enero 2024
VECINOS DE LA PATERNAL Y UNA TRADICIÓN ANCESTRAL
Quema del Muñeco que Despide el Año Viejo con Fuego y Esperanza
Escribe: Marcelo Corenfold

 

 

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En las últimas horas del 31 de diciembre y las primeras del 1 de enero, una tradición arraigada en la antigua Grecia cobra vida en La Paternal: la quema del muñeco de fin de año. Este ancestral rito, que se remonta a la quema de efigies de madera que representaban al rey del año viejo, ha evolucionado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en una expresión artística y simbólica que marca el fin de un ciclo y da la bienvenida a uno nuevo.

En Argentina, esta práctica ha experimentado una notable transformación desde sus inicios. Originalmente, los muñecos eran confeccionados con ropa usada, papel de diario, maderas y pintura, alcanzando dimensiones similares a las de un espantapájaros. Con el tiempo, estas figuras han evolucionado y crecido, dando lugar a gigantescas creaciones que representan diversas figuras, desde personajes famosos hasta políticos.

El acto de quemar estos muñecos simboliza la purificación, sirviendo como una forma de alejar las malas energías acumuladas durante el año. Este ritual permite dejar atrás eventos desagradables y abre paso a nuevas oportunidades y suerte en el próximo año.

En la calle Añasco, entre Fragata Sarmiento y Paysandú, los vecinos han adoptado la costumbre, hace 35 años, de reunirse para presenciar y participar en la quema del muñeco para despedir el año viejo. En esta ocasión, el muñeco representaba a los políticos en general. Un cartel cercano reflejaba la crítica y la esperanza de purificar y alejar la mala suerte, haciendo referencia al 160% de inflación y al 45% de pobres en el país. Con aplausos, gritos y pirotecnia de fondo, pasadas las 12 de la noche, el ritual se llevó a cabo en La Paternal para recibir el año 2024.

Además de la quema del muñeco, existen otras tradiciones arraigadas para despedir el año viejo y dar la bienvenida al nuevo. Entre ellas se encuentran comerse doce uvas a las 12 en punto de la medianoche, arrojar un cubo de agua fuera de la casa para alejar la mala suerte, brindar con vino, colocar muérdago, encender velas, adornar un árbol y tirar petardos. También se tiene en cuenta la superstición de evitar que los comensales sumen trece, una creencia que se remonta a diversas culturas y creencias, tanto paganas como religiosas.

Aunque estas costumbres son antiguas y provienen de diversas fuentes, desde lo pagano hasta lo religioso, es importante recordar que conviven en la mesa de Año Nuevo como parte de un conjunto sincrónico que representa la rica diversidad cultural de la sociedad. Así, la quema del muñeco de fin de año se erige como un fascinante fenómeno que fusiona tradición, arte y expresión social en la transición hacia un nuevo capítulo.