La Ciudad de Buenos Aires ha sido testigo de una notable proliferación de mosquitos de la especie Aedes albifasciatus, aunque se aclara que esta no es portadora de la temida enfermedad del dengue. Ante esta situación, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño ha intensificado las labores de desinsectación en parques y plazas como parte de un plan estratégico para combatir la proliferación de estos insectos.

Estos trabajos, que son realizados de manera continua a lo largo del año, se han intensificado en respuesta a la actual situación y otras similares que puedan surgir.

Los recientes relevamientos de mosquitos silvestres revelan una alta abundancia de mosquitos adultos de la especie Aedes albifasciatus, conocida por depositar sus huevos en cuerpos de agua y suelos húmedos. A pesar de su proliferación, es importante destacar que esta especie no porta la enfermedad del dengue.

El ciclo evolutivo de los Aedes albifasciatus comienza con la puesta de huevos en zonas propensas a anegarse con las lluvias. Cuando llueve, los huevos eclosionan simultáneamente, generando un gran número de mosquitos adultos al mismo tiempo. Caracterizados por su naturaleza "silvestre" y agresiva, estos insectos suelen picar también al ganado, manteniéndose principalmente en espacios verdes y áreas anegables de grandes superficies.

No obstante, se insta a la población a estar alerta sobre la presencia del Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue, zika y chicungunya. Según el último Boletín Epidemiológico de Buenos Aires, desde el inicio de la temporada 2023/2024 hasta el 23 de diciembre, se notificaron 410 casos sospechosos de dengue, con la mayoría de los casos confirmados distribuidos en diversas comunas, siendo la región Centro la más afectada con un 51.2%.

A pesar de la intensificación de la fumigación en parques y veredas, los expertos advierten que esta medida no resuelve el problema del dengue, ya que el insecticida no mata los huevos del Aedes aegypti y porque el mosquito está presente en las viviendas. La clave para la prevención radica en la eliminación de todos los criaderos potenciales, como recipientes que acumulan agua tanto dentro como fuera de las casas.

Entre las recomendaciones de los especialistas se encuentran la eliminación de recipientes en desuso, dar vuelta objetos en el exterior propensos a acumular agua, cambiar el agua de bebederos de animales cada tres días, rellenar floreros y portamacetas con arena húmeda, mantener patios y jardines limpios, y tapar tanques y recipientes que recolectan agua, entre otras medidas preventivas. La población es instada a tomar conciencia y adoptar estas prácticas para frenar la propagación del mosquito transmisor y reducir el riesgo de enfermedades asociadas.