13 de Enero 2020
MARGARITA PALEJKO DE STOPPER, VECINA DE VILLA MITRE
Su belleza, sólo superada por la maravilla de su voz y el inmenso amor que siente por su familia
Escribe: Lydia Schiuma del "Foro de Estudios Históricos de Villa
Gral. Mitre".
Copyright © 2013 nuestrobarrioweb.com.ar - Medio Digital Comuna 11 y 15 – Todos los Derechos Reservados
Corría el año 1938, cuando de pronto en una casita muy humilde ubicada en un claro del bosque, en la selva en la Provincia de Misiones, en el Norte de Argentina, nací yo, una niña de cabellos negros y ojos azules, la cuarta hija de Porchor Palejko y Sofía Borisowa (después de un varón y dos niñas, los tres pelirrojos nacidos en Europa) a la que pusieron el nombre: Margarita Alicia.
Libre y feliz, crecía entre abrazos y cuidados de mis padres que hacía poco habían dejado su tierra y costumbres europeas para radicarse en un lugar inhóspito y solitario, deseando poder darles un futuro mejor a sus hijos y estar lejos de la Segunda Guerra Mundial que se asomaba sigilosamente sobre Europa.
Mis abuelos Miguel y Carolina Kozak y tíos Fevoronia y Vladimiro Kozak estaban en Paraguay, ellos habían emigrado un par de años antes, como también la tía Bárbara y el tío Terenti Nazaruk que eran los primeros en pisar la tierra Misionera a la que elogiaban mucho diciendo que todo lo que se sembraba crecía con holgura, como si fuera una replica del Edén. Esto le escribía tía Bárbara a su hermana, mi mamá, cuando aún mis padres estaban en Europa, para entusiasmarla a que viajen a la Argentina en vez de ir a Canadá que era la intención de mis padres, porque la tía Bárbara extrañaba mucho a su hermana, pues eran sólo dos hermanas y un hermano, el tío Vladimir."
Cuando en 1938, Prochor Palejko, nacido en Rusia, llega a Oberá, junto a su esposa Sofía Borisowa y sus tres pequeños hijos. Le otorgan un terreno perteneciente a la selva misionera. Durante siete días estuvo desmontándolo, talando árboles durante el día, y durmiendo en las copas de los que estaban de pie, hasta que logró obtener un claro donde construir una humilde casa de madera para albergue de su esposa e hijos.
29 años después, su casa era de material, cultivaban frutas, verduras, tung, yerba, té, tenía pozo de agua y criaba vacas, cerdos, gallinas, patos y gansos.
Allí nació y se crió Margarita, jugando, estudiando y escuchando el grupo musical, formado por: su madre (que era contralto y tocaba guitarra clásica), su papá (tenor), su tío (bajo), su tía (soprano) y el abuelo (violinista).
A los 8 años comenzó a estudiar guitarra clásica y a cantar en la escuela y en la iglesia, como solista o integrando un trío o un cuarteto.
A los 17 años vino a Buenos Aires a seguir estudiando. En la iglesia conoció a Jorge Stopper, con quien se casó y tuvieron dos hijos. Ya casada y con sus hijos pequeños comenzó a estudiar piano y canto. A las clases iba acompañada de sus niños, lo que fue posible, porque se portaban muy bien.
Comenzó su exitosa carrera artística, pero llegó un momento en que le dijeron que debía elegir entre su carrera de cantante o su familia. Ella eligió su familia y continuó cantando para Dios en la iglesia.
Con Jorge ya tienen tres hermosos nietos y cumplieron sus "Bodas de Oro".