Corriendo el año 1995, los pasos de la murga Los Mimados de La Paternal rebotaban en las calles del barrio, cuando un grupito sintió la necesidad de crear algo más que una murga tradicional. Inicialmente las murgas se dividen en tres categorías: Los centros de murga tradicional, las agrupaciones murgueras que pueden tener instrumentos melódicos y las agrupaciones humorísticas y musicales.
Este desprendimiento dio vida a Los Mismos de Siempre por el otoño de 2000, quienes fueron por más ritmos, puesta en escenario y mucha actividad innovadora.
Maximiliano Correale fue uno de ellos, actual director de Los Mismos de Siempre, murga desde hace trece años del barrio de La Paternal. Una de las pocas que tuvo más de 200 integrantes y que actualmente ronda por el centenar de murgueros.
“Eramos pibes cuando nos desprendimos de los Mimados hace más de diez años y armamos Los Mismos de Siempre, nosotros incorporamos repiques, redoblantes y otros instrumentos. Salió bien e ininterrumpido y es muy difícil porque llegamos a ser más de 220 murgueros en 2003, mucha gente. Ahora somos alrededor de 120, le pusimos nuestra impronta, mucho circo, instrumentos melódicos y percusión variada. Nos metimos mucho en los carnavales y en la lucha de los feriados de carnaval, esto lo hicimos por el 2003. Apoyamos el armado y toda esa movida. A partir que las murgas tuvieron jurado, comenzó a crecer. Fue la pata política de la murga”, recuerda Correale.

En principio el nombre se debe a la separación de 20 y 25 personas que ensayaban atrás de la plaza de Carrefour, y en los primeros ensayos sin tener nombre alguno, veían que eran las mismas caras, de ahí el nombre. En la actualidad del grupo inicial quedaron sólo dos personas.
Hoy por hoy el 70% son mujeres. Los escenarios no existían y no aceptaban que las mujeres se subieran a cantar, era todo muy machista. “Hoy tengo diez personas cantando y seis son mujeres. Fue creciendo mucho más y por eso la murga se hizo más familiar, ellas vienen con los hijos y con sus hermanos. Desde el año 97 ó 98 la murga comenzó a mutar para bien”, asegura Correale.
Al consultarle sobre la vida del murguero, Correale afirmó que es terrible: “laburamos todo el año para preparar la murga de febrero. Ensayamos dos veces por semana, los lunes hacemos escenario y los viernes ensayo general con todo el equipo. Para octubre ponemos otro día más, algunas chicas no llegan con los pasos, entonces nos juntamos y practicamos, otros no llegan con la percusión y también trabajamos sobre eso. En marzo descansamos y planeamos el año. Además lo que hacemos es cambiar los ritmos todo el año”.

Para darles puntuación al concurso de murgas se consideran varios factores, el baile (dividido en tres: de entrada, de salida y demostración de baile) la vestimenta, la percusión, las letras de las canciones, el canto, la fantasía que son disfraces y muñecos. “Pero no es un tema de competencia, es una evaluación que sirve para que cada murga pueda mejorar lo que el jurado cree que está flojo. Hay un puntaje mínimo que es el que te permite estar dentro del concurso de carnaval, si estás por debajo de ese puntaje hay que ir a pre-carnaval, y si estás por arriba podés estar en diferentes categorías. Esto permite tener más funciones. El puntaje es para que el género crezca. La evaluación es muy sana, no hay nadie contra nadie, ni todos contra todos”, concluye el Director de Los Mismos de Siempre.