Gabriel Bonavena –hincha de Boca y socio- acompañado por amigos y seguidores de todos los clubes, se reunió con el reconocido escultor de La Paternal, Enrique Savio, para darle vida al monumento de Guillermo Barros Schelotto, que en poco tiempo ocupará un lugar en el emporio de los grandes jugadores de Boca.

Inmortalizado en un saludo eterno, con el cuerpo en posición de avanzada, Guillermo Barros Schelotto se despidió de su hinchada hace seis años, pero quedó perpetuado en el corazón de sus seguidores. Así es que logró sin querer, unir a La Paternal, Enrique Savio y a La Boca, Gabriel Bonavena: dupla que lleva a cabo el monumento al melli.
“Siempre me interesó trabajar con el arte nacional y popular, lo que vi que se ha hecho hasta ahora, tendría que tener un pasito más para ponerlo en valor. No porque sea para un público masivo o un público de hinchas de fútbol, uno va a hacerlo lo más rápido que puede, más o menos, como salga, pero creo que hay que cambiar esa actitud, hay que ponerle lo que hay que poner a cualquier escultura como si fuera una escultura que va a participar en un Museo de Arte”, cuenta Enrique Savio, el escultor elegido por Bonavena para llevar adelante la tarea.
A él lo eligió por currículum, porque llevó a cabo monumentos de importancia social y cultural, porque tiene una historia con la escultura basada en la calidad, la excelencia y el compromiso. “Sabe lo que hace y confiamos en él”, dice Gabriel Bonavena, el hincha propulsor de la distinción.

Como escultor, ¿cómo cree que es la llegada del arte a la gente?
En general el arte siempre se ha pensado como una cuestión de elite, creo que hay que sacar ese concepto y hay que difundirlo masivamente; el arte de calidad como si fuera de un gran museo, no porque el Museo de Boca no lo sea.
Quiero expresar las diferencias de las categorías que están instaladas en la sociedad, el arte para minorías cultas que dejan a la mayoría mirándolas desde afuera. Deberíamos tener cultura de la buena para todos. El fútbol es una gran pasión popular, nacional y mundial. El fútbol moviliza multitudes en todos los países del mundo.

¿Cómo arrancó la iniciativa de hacerle un monumento a Guille?
El proceso arrancó con la iniciativa de ellos, (los hinchas) nos pusimos de acuerdo, hablamos sobre la imagen y sugerí que tenía que ser una imagen que se la reconociera inmediatamente a Guillermo. No hacer una imagen demasiado convencional con la pelota y viendo fotografías de su historia; llegamos a que la última imagen de él es en la cancha de Boca, es su saludo de despedida, la que más nos interesaba para perpetuarlo. Su actitud, su humildad, todo eso.

¿Qué fue lo primero que hizo?
Empecé a trabajar con un boceto en miniatura apoyado sobre la pierna izquierda y después vimos que no, que quedaba mejor apoyado en la pierna derecha, con una actitud de saludo hacia adelante, una actitud de “estoy con ustedes, estoy con la tribuna”. La foto es de 2007, cuando se retiró la última vez que estuvo en la cancha de Boca.
Me puse a trabajar inmediatamente en el boceto de la pierna derecha, es una figura que representa la cuarta parte de lo que será el monumento entero, que medirá casi 1,80 m. La figura tiene la misma altura que Guillermo, (1,73 m.) pero llega al 1.80 m. con la base. Un mes y medio demoramos para definir los bocetos preliminares. En dos meses estará terminado el monumento, a mediados de marzo.

¿Cómo se subvenciona la obra?
Con los aportes de los hinchas, que van subiendo semanalmente pero nos falta una pequeña parte, tenemos más de la mitad. Los que aporten estarán invitados a la inauguración, se les entregará un diploma de reconocimiento, su nombre y apellido quedará en la base del monumento y conocerán al homenajeado. Han aportado gente de México, Uruguay, Paraguay y hasta hinchas de otros cuadros. Nosotros queremos colaboraciones del corazón de la hinchada, no recibir plata de sponsors ni de funcionarios.

¿Qué fue lo más complicado de definir?
El retrato fue lo más difícil del construir, la cabeza, la actitud, las proporciones. Tengo que agradecer a la revista Olé que me permitió ingresar a sus archivos de manera gratuita. Así con todas las fotos pude reconstruir la cara de Guillermo. Tuve que armar una especie de síntesis y recomponer lo que es el retrato. Estuve una sola vez con él, hace unos meses  y no me dio tiempo de verlo bien ni de sacarle una foto, intenté recrearlo gracias al archivo fotográfico.
El gesto característico de Guillermo fue cuando se sacó la camiseta y la reboleó en 2003, en ese entonces tenía el pelo largo y todos los hinchas grabaron en sus pupilas ese momento.