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27 de Diciembre 2019
OPINIÓN, CRÍTICA Y UN TOQUE DE HUMOR
El peligro de NO saber
Escribe: Jesica Bond
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Tantas personas, y personajes, nos rodean que casi es tarea imposible recordar las caras y gestos que nos cruzan día tras día. Imagino todo ese rico bagaje de múltiple diversidad que nos caracteriza a cada uno.
Me propuse, no solo por curiosidad, sacar de lo cotidiano todas aquellas personas que cumplen un rol en la sociedad. Todos cumplimos uno, pero pocos nos percatamos de ello.
He aquí, una serie de individuos, que a mi parecer y sin tener la intención de molestar a nadie, observándolos un poco más cuidadosamente encarnan un papel asombroso entre nosotros. Sumergidos en su mundo, creen no ser vistos y pasados desapercibidos, yo dejé de mirar para pasar a observar.
Diviértanse con ellos, y con ustedes…que también forman parte de “Tribus Urbanas”.
¡Bienvenidos a lo cotidiano!

El peligro de NO saber

Mi mamá siempre me dijo que la ignorancia era peligrosa. Yo creía que usaba ese argumento para persuadirme y obligarme a estudiar en mis momentos de flojera. El transcurso del tiempo me demostró que de alguna manera había algo cierto en aquellas palabras. Sólo para darle la razón a una certera sentencia de mamá, me tomo el privilegio de enumerar hechos que comprueban que realmente la ignorancia es peligrosa:

Creer en gualichos o brujerías: Si estas artimañas existieran, la medicina estaría de sobra. Imeginemos un hechizo para conservar al amor de nuestra vida, las familias no se romperían más y dejaría de existir el divorcio. Y por ende, ¡los abogados!

Creer en la suerte: Siempre detesté cuando al salir de casa rumbo a la escuela, papá me deseaba suerte en el examen. ¿Acaso alcanzará la suerte para que no me descubran mi machete?

Confundir un escritor con un plato de comida: Es preferible poner cara de poker y sonreír de costado a confundir a Chejov con un plato de comida judía. Y esto ocurre bastante seguido.

Echarle la culpa a mamá de esa manchita horrible que tenemos en el cuello: Decir que nuestra manchita de nacimiento es culpa del antojo de café con leche o las frutillas con crema que mamá tenía antes de parirnos.

Creer que la foto de la hamburguesa de MacDonals es real: Le compro un combo a quien me demuestre que la foto no es meramente ilustrativa. No importa que tipo de hamburguesa pidamos, ¡siempre será un canapé con pan!

Creerle a tu esposa cuando te dice que “no” porque le duele la cabeza: Está cientificamente comprobado que tener relaciones sexuales es un excelente analgésico súper efectivo para dolencias físicas. ¿Seguís creyéndole?

Creer que nuestro lava vajillas rinde sólo el contenido del envase: Error por no leer la letra chica, cualquier lava vajilllas o lava platos rinde hasta cuatro veces diluyéndolo en agua.