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13 de Diciembre 2017
ANALIZA INSTALAR SIETE PLANTAS
Planean volver a incinerar la basura en la Ciudad
Escribe: Carolina Orrego
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En la Ciudad de Buenos Aires los hornos incineradores de basura estuvieron activos hasta la década del 70. La gran contaminación que generaban obligó a cerrarlos. En una vuelta al pasado, los gobiernos de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires planean volver a la incineración como forma final de tratamiento de la basura. El mismo programa Basura Cero, que promocionó Mauricio Macri durante su gestión como Jefe de Gobierno, prohíbe esta acción.
La Ciudad de Buenos Aires y su área metropolitana generan 15.000 toneladas diarias de basura. El inmenso volumen podría llenar cada tres días una superficie igual al estadio único de La Plata. Las políticas de reciclado de basura, han fallado y el tratamiento de los residuos urbanos se ha convertido en un problema que nadie puede solucionar.
El proyecto del Gobierno fue propuesto por la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) y plantea “la valorización térmica” de la basura. El mismo planea poner siete hornos en “predios ya impactados u ofrecidos por intendentes en años anteriores, o en lugares en donde funcionan basureros”. Uno de los planteos que ofrece el plan para volverlo sustentable es que mediante la incineración se genere energía. En Europa hay procesos similares, pero se trata de hornos de última generación que reducen las cenizas y la contaminación que genera la incineración. El programa del Ceamse no especifica los hornos que usará.
El proyecto contempla la creación de siete plantas donde funcionarán los hornos, una de ellas en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, pero la ciudad no tiene ningún predio de tratamiento de disposición final de basura, siendo una de las que más genera. En el año 2005 el Gobierno porteño lanzó la Ley Basura Cero, que, entre sus metas, estaba reducir el volumen de residuos, algo que no se llegó a cumplir en forma eficiente. El plan del Ceamse chocaría con la propia Ley de Basura Cero que prohíbe en la Ciudad de Buenos Aires la incineración. Si el gobierno sigue adelante con el proyecto del Ceamse, tendrá que modificar esta Ley.

Los ambientalistas se oponen al proyecto, Cecilia Allen de GAIA e integrante de la Coalición Anti Incineración Internacional, expresa que el proyecto del Ceamse “Implica un cambio de 180 grados en la política de residuos. Acá no hay nada avanzado en compostaje ni en reciclaje; es poner en jaque las políticas de basura que se puedan tener en términos de reciclado y separación en origen e implica no invertir en tecnologías para eso. Esta solución además de ser muy cara requiere mucho volumen de residuos y hay que sostenerlo”.

El proyecto además dejaría sin trabajo a por lo menos 200.000 recicladores urbanos que trabajan en todo el país en el reciclado y clasificación de residuos.

Las entidades Salud sin Daño, Greenpeace Argentina, Coalición Anti Incineración y Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) enviaron una carta solicitando a los gobiernos Nacional, Porteño y Bonaerense que no avancen los proyectos existentes para instalar las plantas incineradoras de residuos con recuperación de energía en la Ciudad y la Provincia.

"Es una fuente de emisión de una gran cantidad de compuestos tóxicos para la salud, incluyendo varias sustancias cancerígenas. Además, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, tres millones de personas mueren al año en el mundo por causa de la contaminación del aire. Sumar contaminación aérea a ciudades ya saturadas de contaminantes, como Buenos Aires y otras del conurbano bonaerense, implicará un nuevo deterioro en los índices de calidad del aire", sostiene a La Nación Cecilia Allen, de la Coalición Ciudadana Anti Incineración.

Según las cuatro ONG, el reciclaje y el compostaje en "la mayoría de los municipios del país son paupérrimos". Para Andrés Nápoli, de la FARN, "apostar por la incineración en este contexto no es tener un abordaje integral, sino querer entrar por la puerta de atrás, poniendo en primer lugar una de las opciones más bajas en la jerarquía de manejo de residuos y que encima tiene costos altísimos. En el caso de la ciudad supone contravenir la ley que prohíbe la incineración".

Martín Prieto, director de Greenpeace Argentina, opina que la incineración de residuos no puede considerarse generación de energías renovables. "Es quemar basura, sencillamente, y libera sustancias sumamente tóxicas al ambiente; además significaría una violación flagrante a la ley vigente, que apunta a la reducción de la cantidad de residuos, la recuperación de materiales y el reciclado, como se hace en distintos lugares del mundo. Si enterrar la basura es ocultarla bajo la alfombra, incinerar es quemarla en el medio del living y aspirar el humo", dice a La Nación.

El presidente de la Fundación Metropolitana, Pedro Del Piero, coincide en que "no estamos de acuerdo con incinerar materiales reciclables porque debemos revertir la economía lineal, no fortalecerla. La lineal (insumo, producto, consumo, desecho) es la economía de la cultura del descarte y del consumo desenfrenado, donde quemar desechos es peor que mandarlos a relleno. Si pensamos que al generar energía con basura le damos buen destino, no estamos advirtiendo que profundizamos la destrucción de recursos. Es peor que quemar combustibles fósiles. La economía circular, además, propone recuperar todos los materiales reciclables y usarlos como materia prima para fabricar nuevos productos", agrega.