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17 de Agosto 2020
ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE JOSÉ DE SAN MARTÍN
Un prócer eterno
Escribe: Nadia Brenda Salva
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Eran tiempos de ideología y sueños, hace más de doscientos años que en nuestro territorio se gestaba una nueva época que prometía libertad y autonomía. Así como también nacían figuras políticas que representaron una imagen de un pueblo que necesitaba romper cadenas con otras potencias que enviaban órdenes respondiendo sólo a sus intereses.
Nadie puede negar que José de San Martín fuera una de las personas más importantes de esos años de luchas que finalizaban en derrota o victoria. El, hombre de guerras y luchas, nunca  de derrotas…

Si fue verdaderamente un mito que este hombre cruzó los Andes en una mula, enfermo y cansado, no tiene importancia su verosimilitud para lo que fue la historia de San Martín. El hombre de patillas pronunciadas que enamoró a varias muchachas de la High society europea y porteña, nació como buen pisciano un 25 de febrero de 1778 en el pueblo de Yapeyú, situado a orillas del caudaloso río Uruguay en la provincia de Corrientes, que dependía del Virreinato del Río de la Plata.
Su padre, don Juan de San Martín, era el gobernador del departamento; su madre, doña Gregoria Matorras, era sobrina de un conquistador del Chaco.  Así que desde sus inicios el pequeño General estuvo rodeado de gente de política, eso puede justificar de alguna manera ese carácter misterioso que siempre destacan los historiadores sanmartinianos.
A sus 11 años comienza su carrera militar en el regimiento de Murcia, después de su participación en varios enfrentamientos armados, hasta en uno de ellos cayó preso, en enero de 1812, San Martín se embarca hacia Buenos Aires en la fragata inglesa George Canning.
Aquí, en su tierra  organizó el famoso regimiento de Granaderos a Caballo que recibió su bautismo de fuego en 1813, en el combate de San Lorenzo contra los realistas, en el cual San Martín estuvo a punto de perder la vida.  Luego, nombrado jefe del Ejército del Norte, propugnó su plan de libertar a Chile y utilizar la vía del Pacífico para llegar al Perú, base del poder realista.
El famoso cruce de los Andes duró 21 días con 5400 hombres guiados por baquianos que atravesaron alturas superiores a los 4000 metros, llevando caballos y mulas. En 1818 logró la libertad chilena.
Unos 6 años después, el Libertador se embarcó a Europa para asegurarle una buena educación a su hija. Allí, siguió trabajando para asegurar la Independencia. En ese momento escribió las famosas Máximas para su hija, de las cuales se recuerdan:

  • Inspirarla amor a la verdad y odio a la mentira.
  • Inspirarla a una gran Confianza y Amistad pero uniendo el respeto.
  • Estimular en Mercedes la Caridad con los Pobres.
  • Respeto sobre la propiedad ajena.
  • Acostumbrarla a guardar un Secreto.
  • Inspirarla sentimientos de Indulgencia hacia todas las Religiones.
  • Dulzura con los Criados, Pobres y Viejos.
  • Que hable poco y lo preciso.
  • Acostumbrarla a estar formal en la Mesa.
  • Amor al Aseo y desprecio al Lujo.
  • Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad.

 

Retirado a la vida privada, regresó a Buenos Aires y en 1824 se embarcó para Europa, exiliado voluntariamente. Más adelante, se estableció definitivamente en la ciudad de Boulogne-sur Mer (Francia).
Viejo y enfermo, a sus 72 años falleció el 17 de agosto de 1850, en su casa de esa ciudad, rodeado de sus seres queridos.
Sus restos fueron repatriados en 1880 y, actualmente, descansan en la Catedral porteña, justo allí donde desemboca la línea D de subte en la Ciudad de Buenos Aires.