La obra se encuentra dentro de la Escuela República de  México (Juan Agustín García 2755), realizada en 1941. El mural se llama  “Trabajo” está ubicado en el primer piso del edificio escolar y mide 8 metros por 3,70 metros de altura.
      Una chapa adyacente expresa: "El pintor ha querido  representar unidos por el trabajo, en el primer plano la construcción de un  gran edificio, en el centro, la poesía del puerto con sus barcos de colores y  la luminosidad de sus aguas, en el fondo, la nueva ciudad que surge  resplandeciente de sol".
Los murales realizados a las Escuela eran una donación era  total, la gran mayoría los gastos de sus honorarios, los materiales, andamios y  paga del ayudante corrían por su cuenta. 
      En algunas cartas que le envía a los directivos de las  instituciones, se advierte el precio convenido por el mural y a pesar de  mencionar los gastos, éstos no se encuentran desagregados:
  Señorita Gerarda  Scolamieri, Directora de la Escuela República de México: Tengo el agrado de  enviarle la cuenta de gastos ocasionados por la colocación del cuadro  “Trabajo”, que mide 8   metros por 3: por dos meses y cinco días de trabajo de  ayudante, a 10 pesos por día, 650 pesos; por transporte, celotex y otros, 100  pesos, y por pintura, 250 pesos. Total, 1.000 pesos. Mi trabajo personal y  espiritual es de 20.000 pesos, pero eso entra en carácter de donación para la  escuela (Quinquela, 1941).
En 2002 el maestro Luis Lasa estuvo a cargo de la tarea artesanal de restaurar el mural. Le llevó cuatro días, "Hubo que masillarlo, darle el color y fijarlo, volver a encerar y retocar -detalló Lasa-. Pero sólo de la mitad para abajo, la parte de arriba estaba bien."
Benito Quinquela  Martín
      (Buenos Aires, 1890 - 1977) Pintor y muralista argentino,  principal miembro del grupo de pintores de La Boca, el barrio portuario de  Buenos Aires en que nació y al que siempre permanecería vinculado. Con un  estilo naturalista, la temática de su obra giró, sobre todo, en torno a los  barcos y las labores del puerto, plasmando por igual la belleza de sus estampas  y la dureza de las condiciones de trabajo. Le tocó trabajar de niño cargando  bolsas de carbón y dichas experiencias influenciaron la visión artística de sus  obras
      Abandonado a poco de nacer, permaneció en un orfanato hasta  que, a los seis años, el matrimonio formado por Manuel Chinchella y Justina  Molina decidió adoptarlo.  En 1907 ingresó en una modesta academia de  dibujo de la vecindad para estudiar pintura con Alfredo Lazzari. Desde entonces  se dedicó a la pintura.
      En 1918 decidió cambiar su nombre (Benito Juan Martín) por  el de Benito Quinquela Martín, eliminando el nombre de Juan y adaptando el  apellido de su padre adoptivo a la pronunciación italiana.
      Muy querido en el barrio, Benito Quinquela Martín actuó como  un protector de las artes y fundó el Café Tortoni para que los artistas  pudieran difundir sus obras. En 1933 compró varios terrenos que donó al Estado  para que construyera instituciones dedicadas a la difusión del arte y a obras  sociales. En uno de esos terrenos se erigió la Escuela Museo Pedro de Mendoza  (hoy Museo de Bellas Artes de La Boca), que fue decorada por el propio artista.
      Junto con figuras de la talla de Xul Solar, Emilio  Pettoruti, Lino Eneas Spilimbergo o Antonio Berni, Benito  Quinquela Martín fue uno de los protagonistas de la renovación que vivieron las  artes plásticas del país a partir de la década de 1920 y que fructificó en una  edad de oro de la pintura argentina. Entre sus mejores obras destacan Tormenta  en el Astillero (Museo de Luxemburgo), Puente de La  Boca (Palacio Saint James, Londres) y Crepúsculo en el  astillero (Museo de Bellas Artes de La Boca).