Hoy la pluma que escribe poemas y describe cuentos deja  lugar a la que para aliviar lo que siente enuncia y denuncia una triste  realidad que la escribimos sobre un fondo negro como lo es ella y que nos  señalan estos tiempos.
      El almanaque marca que mañana es 18 de julio y el cronograma  sólo diferirá de los anteriores veinticinco en que no habrá concentración, todo  será virtual (que según la Real Academia Española significa "que tiene  existencia aparente y no real"...como la Justicia con su injusticia de  silencio).
      09:53 sirena estridente que acongoja;
      09:54 saludo protocolar que hiere;
      09:55 pésame que no se siente...pero las 09:52 de aquel  lunes 18 de julio de 1994 no vuelve nunca más; esas 09:52 en la que Sebastián  de cinco años retozaba caminando de la mano de su mamá; esas 09:52 en la que  Andrea en la Bolsa de Trabajo anidaba esperanzas  de conseguir un empleo como Maestra  Jardinera; esas 09:52 en que Paola había hecho un recreo para tomar un café;  esas 09:52 cuando Agustín discutiría sobre la validez de un gol en la final del  Campeonato Mundial de Fútbol finalizado en la víspera...
      ...y así ochenta y una personas más  que aún latían en esa mañana invernal.
      Veintiseis años de saludos protocolares con una Justicia  ciega;
      veintiseis años de pésames con una Justicia sorda;
      veintiseis años con una Justicia muda, hoy por el barbijo,  ¿y hasta ahora tuvo mordaza?
      Pasaron una decena de presidentes y seguimos teniendo  ochenta y cinco hogares en los que hay una silla vacía y ochenta y cinco  asesinados hace veintiseis años que el silencio mata por segunda vez en cada  09:53 de los nueve mil cuatrocientos noventa y seis días y sus noches que nos  siguen oscureciendo la existencia.