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28 de Mayo 2015
CHARLA CON COCO NIZ, FUNDADOR DE "CORRECAMINOS"
el cartonero que prefiere morir solo como San Martín antes que bajar los brazos y no ayudar al planeta
Escribe: Gastón Datino
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Mientras para muchos, una botella de Coca-Cola sólo sirve para llevar "felicidad a la mesas", para Coco es una oportunidad ideal para que el planeta sonría. Mientras para muchos, una botella de vino es una excusa para celebrar un momento en pareja, para Coco es una forma de comprometerse con la Tierra. Mientras para la mayoría, un diario de papel sólo sirve para enterarse de las PASO, para Coco es un medio perfecto para cambiar la realidad. Mientras para 39.999.999 millones de argentinos, esa bolsa de polietileno negro que posa en el arbolito se llama BASURA, para Coco significa un invaluable TESORO.

"La plata está tirada ahí, en la calle y nadie lo ve" –confiesa Ricardo "Coco" Niz, el cartonero más famoso y carismático de Villa Crespo. Desde hace 15 años conduce Correcaminos: una cooperativa de trabajo que conjuga la recolección personalizada de objetos reciclables y la inclusión social de sus trabajadores. Nuclea a 43 familias y su trabajo de saneamiento beneficia a miles de vecinos de Buenos Aires. Un promotor de la ecología que, hace dos semanas, fue premiado por la ONU como "Mensajero de la Paz" y su Correcaminos como la "Embajada de la Paz". Un hombre que, a base de kilómetros de esfuerzo, sudor y lágrimas, supo cómo reutilizar esas botellas de Coca-Cola, de vino tinto y los diarios del domingo en un producto nuevo y generador de empleo digno. Un visionario que en cada "arbolito" aprendió cómo plantar su mensaje de "conciencia ciudadana": "Un mundo mejor sólo es posible si primero se recicla el comportamiento de las personas".

Es difícil (por no decir imposible) imaginar a Coco de brazos cruzados. Desde la crisis de 2001 (cuando fundó la cooperativa) que este prócer vivo del reciclaje no baja un centímetro de sus brazos para extender el bien común. La única chance de verlo de brazos cruzadas, es en una entrevista, hablando a un grabador. Con esta postura y una voz diezmada como el curtido de sus manos, subraya: "Cuando uno va al supermercado y llena el changuito de productos, automáticamente se adueña de un montón de basura que le hace mal a la Tierra. La idea es aprender qué podemos hacer con esos residuos a la hora de sacárnoslos de encima. Separar la basura en origen (Cartón/Vidrio/Papel/Plástico) es el camino para empezar a cuidar el planeta".

Cada mañana (llueva, granice o caigan piedras), Coco sale de la Av. Córdoba y Humboldt en búsqueda del "tesoro" perdido. Hasta su amuleto, un rastrojero multicolor, es protagonista de esta aventura sustentable: una especie de camioneta "caza fantasma" que en lugar de atrapar espíritus malignos, absorbe toneladas de cartón, latas, frascos de vidrio, botellas y un sinfín de objetos en desuso. "Antes revolvíamos la basura… y ahora la recibimos de la mano de la gente, de las escuelas, asociaciones civiles y de cualquier ser humano que desee aportar un grano de arena. Ahora comprendés porqué nuestro dicho es "Tu basura es mi tesoro" –murmura con una sonrisa tan copiosa como la carga de su rastrojero multicolor.
Y para los amantes de las estadísticas, hay una cifra que refleja mejor que nadie el motivo de su slogan: "Sólo en nuestra zona (Palermo, Villa Crespo, Belgrano y Almagro) se tira por día 2 mil toneladas de vidrio a la basura. Sólo ese producto podría significar para nosotros unos 100 mil pesos diarios. ¿Cuántas familias podrían salir de una situación de riesgo con esa plata? ¿Cuántos chicos podrían tener acceso a una buena educación y no caer en el flagelo de la delincuencia?" –declara.
Pero Coco no sólo separa lo que alguna vez ocupó un changuito de compras del supermercado "Chino". No sólo reutiliza lo que alguna vez fue una merienda, una cena, una mateada o una fiesta entre amigos. Ricardo ha aprendido a reciclar la materia prima más importante de Correcaminos: la confianza con el vecino. "Tratamos de tener un vínculo afectivo, fuerte, con cada una de las personas del barrio. En cada recorrida, siempre les preguntamos: '¿Te puedo ayudar en algo?'. Hasta nos compramos una hidrolavadora para limpiarles la vereda, viste, de alguna forma queremos mostrarles una utilidad, un compromiso, que el vecino sepa que puede contar con nosotros… Y si quiere ayudarnos que no sea con dinero… sino con sus residuos" concluye.
El sólo oír la palabra dinero me hizo separar, dentro mi mente, a los vecinos de los políticos, como si ambos fuesen dos elementos sólidos que no pueden convivir dentro de un mismo contenedor. Por alguna razón, intuía que su futura respuesta podía ser clave para comprender un poco más del espíritu del proyecto. –Me imagino que alguna vez te han tentado desde la política –le improviso a Coco. Mientras acomoda, en la mesa de su cocina, una pila de carpetas sobre el cuidado del medio ambiente, reflexiona: "Sí, muchas veces. Querían un títere, pero yo no lo soy. ¿Para qué quiero un sueldo si no voy a poder trabajar como yo pienso?". Segundos más tarde, recicla una frase tan chispeante como su mirada de calle: "Yo voy a ser un ciruja toda la vida…".

Uno podría pensar que su autodefinición de Ciruja es un tanto improvisada para una persona que jamás improvisó una coma en el cuidado del medio ambiente. Para un hombre que de niño conoció el abandono de sus padres, pero decidió "asfaltar" su destino creando Correcaminos. Para un guerrero que, aún con el primario incompleto, fue becado para estudiar Diplomacia Internacional para Logros Organizacionales. Para un hombre que supo diplomarse sobre Seguridad e Higiene en el Ministerio de Trabajo. Para un entrerriano que siguió el "cauce" del esfuerzo y logró, en un terreno baldío, hacer florecer una de las cooperativas más importantes de Buenos Aires. Para un encantador de corporaciones, que hasta llegó a convencer a DIRECTV para que le done una camioneta: ¡es con la que transporta los residuos que recibe de la gente! Para un soñador incansable que hace 15 días fue distinguido por la ONU como "Embajador de la Paz". Para un ejemplo de tipo que a los 5 años no sabía cuál era su verdadero nombre y hoy contagia una identidad ejemplar: "La solución está en uno. Prefiero morir solo como San Martín antes que bajar los brazos y no hacer nada por todos los niños y los jóvenes que están en la calle sin posibilidades. No quiero irme de este mundo sin dejar una huella de utilidad a toda la sociedad". –suspira. A esta altura del partido, sus manos son de gran ayuda para el planeta, pero sus palabras… son un tesoro incalculable que aprendemos en cada bolsa arrojada al "arbolito".