Un parque o una plaza, según define el diccionario, es un espacio de acceso público a sus visitantes; ubicado en regiones urbanas, amplio y descubierto, en el que se suelen realizar gran variedad de actividades. Los hay de múltiples formas y tamaños, y construidos en todas las épocas, pero no hay cuidad en el mundo que no cuente con uno. Además son lugares que pueden llegar a recibir millones de visitas anualmente. Pero éstas son sólo las características. Es además un espacio para compartir, jugar, descansar, pasear, disfrutar; y por qué no también para imaginar. En la actualidad, en Buenos Aires, se están instalando juegos de vanguardia en diferentes parques de la ciudad. Desde el año pasado hay varios parques que ya cuentan con ello: Parque Centenario (Caballito), Indoamericano (Villa Soldati) y las plazas Mujica (Saavedra), Irala (La Boca) y Egipto (Palermo). Hoy los vecinos del Parque La Isla de La Paternal ya pueden disfrutar de una superficie total de 727 m2 que se ubica cerca de la intersección entre la calle Gutenberg y la avenida Constituyentes.
Este parque se encuentra en el polígono delimitado por las avenidas Constituyentes y Chorroarín y las calles Gutenberg y Zabala, en el barrio de La Paternal.
A diferencia de los que se pueden ver en las plazas tradicionales, los juegos de vanguardia, buscan estimular la imaginación de los niños para que elijan su propios recorrido y cómo interactuar con ellos. Hay algunos en los que se puede trepar, reptar o escalar a través de redes que se vinculan en toda la estructura.
Este se suma a otros sectores de esparcimiento con los que ya cuenta el parque, juegos tradicionales con arenero, tobogán y hamacas y un área de postas aeróbicas.
Una de las características principales es que el piso tiene forma circular, y sobre él se despliega un conjunto de una docena de juegos en colores vivos: semiesferas recubiertas en caucho para los más chicos, toboganes, un escalador, un "túnel del tiempo", arcos y puentes.
Los juegos son para chicos de todas las edades, aunque revisten mayor y menor complejidad. Se recomienda que los de más de un metro de altura se reserven a los niños de entre 8 y 12 años.
Algo muy importante a destacar es que tiene un doble ingreso y alrededor de los juegos hay una plataforma circular o tarima desde la cual los padres pueden observar a sus hijos mientras juegan y mantenerse cerca de los niños.
La superficie del juego está revestida en su totalidad en caucho reciclado, por lo que además de ser segura por posibles caídas, permite la accesibilidad e inclusión. Además, el caucho reciclado es muy fácil de lavar, y propone infinidad de diseños, formas y colores (a diferencia del piso que habitualmente se conoce como baldosas antigolpes, con escasa variedad). Las semiesferas para que los más chicos puedan trepar o reptar también están recubiertas en caucho de colores vivos. Una tiene la forma de una vaquita de San Antonio. Además de caucho se usaron otros materiales antigolpe y de alta resistencia. Por ejemplo, las sogas sintéticas de las que los niños pueden colgarse o trepar y los nudos tienen soportes o "alma" de acero de alta resistencia.
El predio tiene además un sistema de drenaje en el perímetro para que escurra el agua y evitar que se inunde. Está iluminado y se colocaron cestos de basura nuevos.
La implantación de estos nuevos patios de juegos de vanguardia busca generar nuevos usos en los espacios públicos con una temática, en algunos casos, relacionada con su entorno (como ejemplo de ello, los juegos ubicados en Parque Centenario o en Plaza Egipto, creando una topografía lunar relacionada con el Observatorio de Parque Centenario o el Planetario.
Por eso están todos invitados a sumergirse en estos nuevos espacios, a compartir una tarde en familia, con amigos, con sus hijos, nietos, sobrinos y a disfrutar de un espacio más de recreación abierto a la imaginación.