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23 de Marzo 2018
2° PARTE
Una familia que cumple cien años en la zona: Caballito y Villa Gral. Mitre
Escribe: Lydia Schiuma
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Desde que llegaron a Argentina en casa de los Schiuma, Rafael prohibió que se hable italiano por respeto a los alumnos, sus padres y los colegas que los frecuentaban.
Rafael Schiuma y su hijo José, además de ser excelentes músicos, también tenían el oficio de sastres. Me contó Lito, mi papá, que los recordaba en su infancia, llegar de un concierto a altas horas de la noche y que ambos se pusieran a coser, porque al día siguiente debían entregar un traje. Iban progresando, pero todo poniendo mucha voluntad y esfuerzo.
Amalia, la esposa de José, trabajaba en su casa confeccionando chalecos de trajes de hombre con la modalidad de trabajo "a destajo". Su pequeño hijo Lito era el encargado de ir a buscar las prendas y una vez terminadas entregarlas a la empresa y se sentía muy orgulloso, ya que todas las prendas era minuciosamente revisadas, menos las que había realizado su mamá, debido a la confianza que tenían en ella los dueños de la empresa.
Alrededor de 1913 comenzaron dificultades en la salud de Amalia, durante su último embarazo, la partera no le indicó que hiciera análisis, y al llegar el momento del parto, sin que ella lo supiera tenía muy elevada la albúmina, lo que le provocó graves consecuencias que la obligaron a dejar de trabajar por varios años. A su vez José enfermó del estómago y los médicos le prohibieron tocar instrumentos de viento.  Los dos hijos mayores Lito y Oreste debieron dejar sus estudios para mantener la familia. Lito en un campo en San Eladio, Partido de San Vicente, que consiguieron con el apoyo económico  de todos los hermanos de José y Oreste en una empresa en capital.
Lito estaba totalmente sólo en el lugar, con unos manuales para el agricultor y los conocimientos de un chico de trece años de la ciudad, era 1914, no existía  la radio sólo diarios que no llegaban al medio del campo y los libros que algún domingo le acercaba la familia.
Un día lo visitó su primo Atilio Marzulo Schiuma y le contó que no se animaba a decirle a su papá que se llevaba Matemática a examen. Lito en las largas noches de invierno cuando el único libro que le quedaba para leer era uno de esa materia, le dijo "el domingo que viene vení y traé lo que tenés que estudiar que tal vez te puedo ayudar" y así fue. Atilio aprobó la materia y Lito pensó "si pude preparar a mi primo, me puedo preparar a mi mismo", y ahí en el medio del campo estudió y dio el bachillerato libre.
Luego con sus conocimientos de música pagó sus estudios de Ingeniero Agrónomo, sus escritos sobre Lucha contra las Plagas fueron muy apreciados como quedó en evidencia, en la publicación en alemán adjunta.
Atilio Marzullo Schiuma se costeó sus estudios de medicina, tocando el violoncello en los cines, fue Jefe  de cardiología del Hospital Rawson cuya sala de esa especialidad llevó su nombre hasta por lo menos la primer década del siglo XXI en que la visité, aunque ya no funciona como hospital.
Otros hijos, sobrinos  y nietos de Rafael Schiuma formaron parte de la Banda Municipal de la Ciudad de Buenos Aires y de distintas orquestas o se destacaron como docentes de música.
Cita textual del manuscrito de Célica Schiuma de Diana realizado a pedido de la pianista y compositora Irma Urteaga, miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Compositores:
"Este numeroso grupo de músicos con su amor y dedicación por la interpretación y enseñanza de la música, cooperó en forma muy eficaz por la difusión del arte musical en nuestro país. Además de actuar en el Teatro Colón  de Bs. As. , en el Argentino de La Plata y en algunos de otras provincias, lo hicieron en otros teatros de esta ciudad, en la ya nombrada Banda Municipal, en cines  (recordemos que recién a partir  de 1930 comenzaron a llegar películas sonoras  coexistiendo con las mudas) y confiterías.
La música que ejecutaban era de carácter universal, su repertorio incluía obras de Verdi, Wagner, Chopin, Lizt, Debussy, Sibelius y otros.  Muchas personas que conocían donde estaban las mejores orquestas, más que a ver las películas iban a escuchar esa música, que no tenían oportunidad de oír en otros lugares. Tiempo más tarde comenzaron las orquestas típicas y de jazz.
Con el advenimiento del Cine Sonoro se suprimieron las orquestas, pero éstas comenzaron a actuar en las radios que recién se iniciaban". 

De los bisnietos de Rosa Iula y Rafael Schiuma, mi generación, ninguno fuimos músicos profesionales, pero todos tocamos un instrumento, cuya música nos acompañó en los momentos de alegría y fue bálsamo para nuestras almas en los de dolor. Todos, siguiendo la costumbre familiar, realizamos por lo menos los estudios superiores de distintas carreras costeándolos con nuestro propio trabajo.
Tal vez nuestro mayor mérito fue el trasmitir a nuestros hijos el amor a la música. Es así como encontramos en la siguiente generación un médico, cantautor, una abogada cantante de tangos y un celtista profesional egresado del Conservatorio Piazzolla y en la generación osterior, una cantante de ópera, una aspirante al ingreso para el conservatorio ya mencionado para el año 2018, un técnico electrónico compositor y un guitarrista de rock, un alumno del conservatorio castro y un ingeniero en alimentos pianista.
Pero indudablemente los más destacados músicos de la familia fueron uno de los hijos de Rafael y Rosa, el compositor, Alfredo Luis Schiuma y el sobrino de los mismos Armando Schiuma, pianista, organista, director de coro y orquesta, compuso tanto música nacional argentina como música italiana, entre la que se encuentra melodías tradicionales de la puglia, interpretadas por María Pini de Chrestia y en 1931 en el teatro Colón por Tito Schipa.
Estas canciones despertaron la atención del gran cantante Enrico Caruso, quién en una carta del 14 de diciembre de 1917 le comunica a su autor su interés en cantarlas, no tengo pruebas de que llegara a hacerlo.
Alfredo Luis  Schiuma, también hijo de Rosa y Rafael, fundó y dirigió la Asociación Argentina de Música de Cámara la orquesta de Cámara "La Peña", la Asociación Teatro Lírico Argentino, el Coro de la Municipalidad del partido de San Martín (lugar que eligió para vivir desde la década de los años 20 hasta su muerte en 1963), obtuvo el cargo - Director general de Teatros y Cuerpos Artísticos en carácter de ad -honorem, dependiente de la Secretaría de Educación y Cultura en la Provincia de Córdoba en 1949. En 1945 estando a cargo de la dirección de la orquesta del teatro argentino de La Plata, logró que tanto el grupo orquestal como el coral adquirieran la categoría de cuerpos estables, esto en cuanto a sus inquietudes sociales.
Fue violinista, pianista y compuso obras de cámara, sinfónicas y operísticas, obtuvo los premios: de la Municipalidad de Bs. As. En 1920 por la sinfonía en Si Bemol Mayor Opus 9, el premio municipal en 1923 por la ópera Tabaré sobre el libro del mismo nombre de José Sorrilla de San Marín, el premio Nacional de Cultura en 1938 por el drama lírico las vírgenes del sol basado en el libro de Ataliva Herrera y el Premio Municipal 1930 por el poema sinfónico y coreográfico Los Incas.
Pero estas son sólo algunas de sus obras, el listado de los nombres de todas ocupa más de una decenas de carillas.

Estas notas son un homenaje a Rosa Iula y su esposo Rafael Schiuma, los primeros Schiuma en llegar a Argentina y junto a ellos todos, hombres y mujeres de buena voluntad que vinieron a trabajar en esta zona y en todo el suelo argentino.

Este escrito  está basado en testimonios orales de "Lito" Schiuma, Celica R.M. Schiuma de Diana y en un manuscrito de Célica Schiuma de Diana, realizado a pedido de la pianista y compositora Irma Urteaga, miembro de la  Asociación Argentina de Compositores, a quien agradezco, ya que sin su pedido no existiría hoy ese documento.