Se eligió el día justo para que el estreno llegara a la Ciudad de Buenos Aires. Y es que hasta hace unos años, la trilogía de E.L James "50 sombras de Grey" era solo un libro que rompió records en ventas y que hizo delirar a millones de mujeres alrededor de todo el mundo. ¿Qué elixir se esconde en las páginas de esa historia que necesitó de tres libros para contar una historia entre dos jóvenes? La respuesta puede ser ambigua y despertar polémica entre los que están a favor y los que están en contra de este tipo de literatura erótica. Para algunos pornográfica y para otros soft-erotic.
Si bien la historia cuenta la relación entre una recién egresada de periodismo y un joven magnate, el conflicto surge de las preferencias sexuales del muchacho y la sumisión de la periodista al caer rendida en sus brazos. La autora no escatimó detalles ni le temió al exagerar: hay de todo, sadomasoquismo, amor, pasión, locura, obsesión y claro: mucho sexo.
Luego del estreno surgieron voces apuntando a la peligrosidad de esta película, y otras veces que le restaron importancia y solo se abocaron a festejar dicho estreno.
No estamos acostumbrados a consumir un cine que demuestre y muestre explícitamente la dominación masculina por sobre la mujer, el dolor físico y la sumisión psíquica que acontece en el libro devenido film.
"Te suben los ratones a la cabeza, ves la película y te imaginas cosas que no podes hacer con tu pareja, te dan ganas de tener más sexo que antes, ahora podemos hablar más libremente sobre la sexualidad femenina y el placer". Todas reflexiones de las pro 50 sombras de Grey.
Del otro lado tenemos a los que dicen que "es una película con significado oculto, con un mensaje perverso que se organiza para recordarle a la mujer lo que siempre fue para el hombre: un objeto comprable, una alienación o más bien, un ser ínfimo que solo existe para darle satisfacción a él a cambio de nada. O a cambio de un par de golpes que en lugar de dolor deberían darle placer".
Si bien es cierto que la película es otro producto hollywoodense que tiene como objeto y fin único recaudar dinero, también es cierto que esta producción merece una reflexión y un debate mucho más extenso. Porque no es una típica película de amor, explora más allá del sentimiento entre dos personas, se mete en lo profundo de la miseria humana y en la diferencia siempre marcada entre los sexos. El sexo fuerte que es el dominante y el sexo débil que es el dominado, vale aclarar: el hombre y la mujer.
Una mujer que grita ser amada y que puede tolerar pagar un precio. Su cuerpo y su psiquis capturada por un hombre que lo tiene todo, dinero, belleza, juventud y sex appele.
En opinión de quien escribe, no deberíamos dejar pasar por alto este tipo de historias que se meten de prepo en la cabeza de millones de mujeres que aún creen que la sumisión forma parte innata de su naturaleza, que es necesario y natural sentirse disminuidas por un hombre poderoso: poderoso en todo su sentido, que puede obtenerla porque puede hacerlo. La condición de hombre parece ser todo lo que una mujer necesita para sentirse menos y aceptar ser tratada como un objeto, o peor aún: cosificada en su máxima potencia.