En el Día de San Valentín los protagonistas son los enamorados y por más que muchas parejitas lo festejen con todas los corazones de Buenos Aires, pocos conocen la verdad de este suceso. Existen distintas versiones acerca del origen del Día de San Valentín. Sin embargo, lo importante es que todas culminan en una única cuestión: el amor.
“Valentín era un sacerdote que ejercía en Roma en el siglo III. En ese momento el emperador Claudio II prohibía el matrimonio porque creía que los solteros eran mejores soldados. Valentín, entonces, al considerar que esa disposición no era correcta comenzó a celebrar las uniones en forma clandestinas.
Por este accionar encarcelaron a Valentín y, una vez encerrado, conoció a la hija ciega del carcelero. Con el paso del tiempo se enamoró de ella y como un milagro de amor, le devolvió la vista. Finalmente, Claudio II ordenó ejecutarlo el 14 de febrero del año 270. Se dice que en su tumba, la joven plantó un almendro que hoy es considerado símbolo de amor y amistad.” Como éstas, existen otras historias sobre el origen de esta celebración. Sea como sea, todos los enamorados festejamos el amor, con frases, ositos de peluche, cartas, declaraciones, tarjetas y por sobretodo, ¡gasto económico!.
Varios lugares gastronómicos agasajaron en la semana de los enamorados con altos precios y delicias culinarias. Los espacios para el amor se vieron colmados por sus pasajeros y hasta hubo demoras por su ocupación.
Muchas notas periodísticas exaltaron el día de los enamorados aprovechando la difusión de hallazgos científicos y novedades sociales: El diario Perfil publicó que “En el cerebro se activan las mismas y específicas áreas que intervienen ante el consumo de drogas altamente adictivas, como la cocaína. El fenómeno se determinó en el año 2005 gracias a un trabajo de científicos de la Universidad de Rutgers (en Estados Unidos) para el estado de enamoramiento”. Y que en los besos se intercambia información, olfativa y táctil. Por otro lado, el Diario Clarín dirigió un apartado del “otro lado de las cosas”, refiriéndose al estado antropológico de los beneficios de la fidelidad y la monogamia. Robin Dunbar y Susanne Shultz, de la Universidad de Liverpool, afirmaron que la monogamia es una empresa riesgosa que lleva al desarrollo de habilidades cognitivas para reconocer a los compañeros fértiles y de calidad que pondrán de su parte para criar a sus pequeños. Mucha información desde varios puntos de vista para un solo tema, el amor y el enamoramiento.

 Los enamorados tienen cientos de rincones para vivir y disfrutar en esta ciudad de Buenos Aires. Para decir "Te amo" no olvidar a las fuentes. ¿Qué mejor que una declaración ante la persona amada en frente de alguna de las 69 fuentes de Buenos Aires? Son decenas y están distribuidas por toda la ciudad. Aquel beso será inolvidable, si surge en frente de una fuente fresca y reluciente de las calles porteñas. Algunas propuestas…
1-Las Nereidas (Costanera Sur): Cerca del río. Un rincón de Buenos Aires único. Misterioso, alejado y cerca de la mayor naturaleza porteña, la reserva ecológica.
2-Ballet Nacional (Plaza Lavalle, Libertad y Lavalle): Cerca del centro. Con la vista majestuosa del Colón y de la Nueve de Julio. En pleno centro de la ciudad a metros de Tribunales. Ideal para que los enamorados se encuentren en la hora del almuerzo del trabajo. 
3-De La Poesía (Agüero y Figueroa Alcorta): Está casi escondida, muy cerca de la Biblioteca Nacional y en una calle que acompaña monumentales plazas y espacios verdes. Es la fuente de la poesía. Ideal para los enamorados, que en el transcurso de una tarde, desean encontrarse para sellar un loco amor.
4-Plaza Monseñor de Andrea (Córdoba y Anchorena): A metros de la locura de la calle Córdoba, la majestuosa y caudalosa fuente puede convertirse en un oasis ideal para dos enamorados que desean celebrar más allá del tráfico y el vértigo.
5-Plaza Libertad I y II (Libertad y Paraguay): Las fuentes de la Plaza Libertad. Otro espacio de pleno centro. Un lugar para el encuentro y para alejarse de las rutinas locas o aburridas. El espacio verde se abre con inmensos árboles que nos conducen hacia alguna de las dos fuentes. Tomados de las manos, a espaldas de la 9 de julio o el Teatro Coliseo.