Se inauguró el Parque Elcano de Chacarita, el polémico nuevo espacio verde de 3 hectáreas de la ciudad que divide a los vecinos del barrio, ubicado en Elcano al 4300.
A principio de 2017 se abrieron las puertas del predio que posee juegos infantiles, aparatos para hacer gimnasia, cancha de básquet, mesas de ping pong, canchas para practicar fútbol tenis y un amplio espacio verde para tomar sol o compartir unos mates.
Hay vecinos que están felices con el nuevo parque y se acercan para realizar picnnics mientras los chicos realizan distintas actividades al aire libre.
Otros que se sienten aterrados con sólo pensar en la idea de pasar un rato por la nueva plaza. ONGs, trabajadores del lugar e historiadores denunciaron que en el terreno podría haber restos humanos y que se construyó al lado de la cámara frigorífica.
En julio de 2016 comenzó la obra, primero fue demolido un tramo del muro que rodea al cementerio y que lo separaba con el exterior que da sobre la vereda de Elcano, a fin de dejar abierto el lugar, lo que generó reclamos de varias organizaciones barriales que mostraron su preocupación por el paredón que, a su entender, contaba con valor patrimonial.
No obstante, fuentes del Ministerio indicaron que el muro registraba “peligro de derrumbe” al punto de requerir un apuntalamiento en alguna parte a lo largo del trayecto que, finalmente fue derribado, y que aseguraron que esa construcción no registraba protección arquitectónica. La Ciudad demolió también las galerías de nichos que se encontraban en desuso desde 1970 por temor de derrumbe.
Dos pórticos centenarios fueron conservados, los que aún tiene que ser refaccionados.
La plaza está completamente cercada con rejas que la separa de la avenida Elcano. Además, otro enrejado divide el parque del cementerio. Se plantaron árboles para generar un “muro” verde que podría tapar la vista a las galerías que funcionan dentro de la necrópolis.
El Cementerio de la Chacarita es el más grande de la Ciudad de Buenos Aires, fue inaugurado en 1871, durante la epidemia de la fiebre amarilla que azotó la región y provocó que la cantidad de fallecidos hiciera colapsar las otras necrópolis al punto de necesitar la apertura de este nuevo predio que quedaba en las afueras de la Ciudad.